viernes. 19.04.2024

En este medio de comunicación, como corresponde a la prensa libre, hemos sido críticos cuando ha tocado con el Partido de Independientes de Lanzarote (PIL), pero también fuimos justos cuando nadie o casi nadie trató de evidenciar que el caso Unión no significaba la condena en firme de todos y cada uno de sus miembros. Otros, con un rostro que se lo pisan, fueron los primeros en lanzar piedras a la cara de personas honestas que nada tenían que ver con la corrupción. Como bien dijo en su día el empresario Manolo Cabrera, si la radiografía que le hicieron al PIL se la hubieran hecho a otros partidos, otro gallo habría cantado.

El caso es que el PIL estuvo como un pollo sin cabeza justo después de las elecciones. De forma prudente y acertada no aceptaron el vago ofrecimiento que realizó el presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, para que se incorporaran a un Gobierno que jamás estuvo claro. Desde entonces, con episodios que hemos cuestionado y que han tenido que ver en ocasiones con los desaciertos de su presidente, Fabián Martín, han tenido grandes aciertos como oposición en las distintas administraciones y evidentes errores en su funcionamiento interno, como es el hecho de no terminar de dar con la tecla para que la enorme masa social de cargos públicos y militantes que en su día se fueron, ahora regresen.

Nos congratula enormemente, y hay que felicitarles por ello, que este jueves hayan demostrado una vez más que son el partido político que fueron, lleno de gente sensata que trabaja por y para su tierra ajenos a las mezquindades y a las mañas que otros parecen empeñados en utilizar y retorcer hasta límites insospechados. El comunicado que ha sacado el PIL para abordar el escándalo que se ha organizado como consecuencia de las gravísimas acusaciones proferidas por el herreño Domingo Martín Afonso contra el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, y contra varios de sus concejales es un ejercicio de civismo, de responsabilidad, de ética y de estética política. Podrían haber aprovechado la ocasión para atizar con dureza al que se ha convertido en el principal rival a batir. En lugar de eso, han apelado con lógica a la presunción de inocencia y han pedido a su compañero de corporación, al que señalan como hombre democráticamente elegido por los vecinos del municipio, que aclare lo antes posible el asunto.

Chapó por el PIL y chapó por aquellos que se empeñen en cambiar las prácticas políticas en Lanzarote, todos los que estén dispuestos a desterrar las formas y maneras que han sido uso y costumbre del pasado y del presente. Esos nos encontrarán siempre a su lado. Los del lado oscuro, jamás. A esos otros habrá que seguir combatiéndoles con todas las armas legales que estén al alcance del bien, del interés general de los ciudadanos de Lanzarote.

CHAPÓ POR EL PIL
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