sábado. 20.04.2024

Este martes a las 12 de la noche conocíamos ya a todos los candidatos que, de ser elegidos, nos representarán en las distintas administraciones locales y autonómicas durante los próximos cuatro años. Son los candidatos. Esas personas a quienes los diferentes partidos políticos les asignan la responsabilidad de convencer a la población de que ellos son los mejores o que, en muchos casos, se arrogan esa cualidad sin que a lo mejor sea así, porque su objetivo única y exclusivamente es estar ahí. (Cuentan que al parecer hubo problemas en algún que otro partido para presentar las listas a tiempo debido precisamente a las diferencias existentes entre los mismos acerca del lugar que ocupaban unos y otros).

Entre los numerosos candidatos, casi 1.000, que se dieron a conocer esta semana hay de todo. Candidatos nóveles que llegan a la política de la Isla con toda la ilusión del mundo pero que los ‘pesos pesados' del partido no los dejan ocupar puestos por encima del sexto o séptimo lugar, con lo que sus posibilidades se reducen bastante; candidatos que siempre están ahí pero que nunca llegan a ‘catar' poder, son aquellos que dejan que sus nombres completen las listas a sabiendas de que nunca llegarán a ocupar cargo alguno; candidatos que se incorporan a la política después de la experiencia mantenida en alguna asociación o colectivo y candidatos, los más, que repiten y repiten en base, -dicen-, a su experiencia, alegando que aún necesitan más tiempo para terminar su labor al frente de las diferentes administraciones.

Alguien comentaba días pasados que en algunos partidos se había producido una renovación de hasta el 80% y yo asentía pero añadiendo que ésta se producía a partir del séptimo puesto, a no ser que por renovados se entiendan aquellos candidatos que pasan de un partido a otro a ocupar los primeros puestos de las listas, -que en esta ocasión hay muchos-, o aquellos que cambian de administración, cansados de permanecer en una misma corporación años y años.

Si analizamos detenidamente las candidaturas de los diferentes partidos nos daremos cuenta de que hay muy pocos cambios, por lo menos en los primeros puestos de las listas. Así, a excepción de algún ‘dinosaurio' de la política como José María Espino, al frente de las administraciones locales (primero, el Ayuntamiento de Arrecife y después, el Cabildo) desde hace nada menos que la friolera de 25 años; Juan Santana, que se retira de la vida pública; o Carmelo García Déniz, del que se dice que ocupará la Dirección insular de la Administración del Estado en Lanzarote a partir de mayo, las sorpresas de Belén Machín y Nancy Peña y los casos de Marcos Páez e Higinio Hernández, a quienes después de los ‘escándalos' protagonizados en el Cabildo, algunos aún sin aclarar, no parecía conveniente incluirlos nuevamente en listas, los demás continúan en ellas de una manera u otra.

De esta forma comprobamos cómo en las candidaturas de Coalición Canaria se repiten numerosos candidatos, bien de CC o provenientes del APL, antes el PIL. En este sentido, en Arrecife solamente aparecen dos nombres nuevos en los puestos de salida, el de Tirso Blancas y Antonio Félix Martín Hormiga, siendo los cinco primeros puestos para los mismos que en la actualidad están al frente del Ayuntamiento capitalino, seguramente porque no han completado su labor al frente de la administración arrecifeña.

Lo mismo ocurre con las candidaturas a los demás ayuntamientos, léase Teguise, San Bartolomé, Tinajo, Haría o el propio Parlamento, al que va en primer lugar Mario Pérez, que hasta ahora había estado en el Cabildo. La excepción la conforman Tías, donde la enfermedad de Juan Cruz Sepúlveda propició el cambio y Yaiza, donde presentan a Leonardo Rodríguez tras la ruptura producida en el partido con José Francisco Reyes y el resto de concejales.

En el PP pasa lo mismo. Los cambios más llamativos han sido los de María Dolores Luzardo, que va en el número uno al Parlamento, pero que ha estado en el Cabildo y en el Ayuntamiento de Arrecife, esta legislatura incluso compartiendo ambos cargos, no se sabe ya cuanto tiempo y el de Cándido Reguera, que intenta ahora el Ayuntamiento de Arrecife pero que desde la época de Nicolás de Páez como presidente del Cabildo ha formado parte de las distintas corporaciones, estando primero en la corporación insular y pasando después al Ayuntamiento de San Bartolomé y al Congreso de los Diputados, -no sabemos si renunciará a su cargo de diputado o esperará para, si no consigue ser alcalde, renunciar a la concejalía como ya hiciera en San Bartolomé-.

La novedad de los ‘populares' la presenta Yolanda Perdomo en Yaiza, -todos conocemos ya lo que ocurrió con José Carlos Rojas-, porque en el resto de municipios de una manera o de otra siguen apareciendo los mismos nombres de siempre.

Tampoco el PSC presenta demasiadas novedades en sus listas, ni siquiera el PNL-NC o el CCN, que en casi todas las corporaciones se presentan con candidatos ‘rebotados' del PP. O las dos Alternativas, Isla Alternativa y Alternativa Ciudadana, que en el primero de casos presenta a Pedro Hernández nada menos que al Cabildo y al Ayuntamiento de Arrecife y en el segundo, cambian de número, pasando del dos al uno y del uno al dos en la corporación capitalina, o se mueven de una lista a otra, como es el caso de María Emilia Morales.

Cabe reseñar, eso sí, el esfuerzo que hacen partidos como el PNC o el PVPS por estar ahí, aunque quizás hubiera sido mejor hacer un esfuerzo y presentarse con algún otro partido para que no hubiese esa división del voto que al parecer se va a producir después del 27 M.

En fin, muchos candidatos y poca renovación. Esperemos que en esta ocasión si salen elegidos intenten llegar al ciudadano de a pie y no se queden solo en el círculo que les rodea, porque al primero lo que le interesa es que se le cubran las necesidades básicas que tantos problemas le plantean y de las que los políticos se olvidan casi siempre en pro de las grandes obras.

Un ejemplo de ello lo hemos visto en el programa de TVE “Tengo una pregunta para usted”, donde se ha podido ver claramente lo que le interesa al ciudadano de a pie. Pues bien, tomen nota de estas necesidades durante la precampaña y campaña que se avecina y comprométanse a cumplir esas pequeñas cosas tan importantes para los vecinos, pero no ante notarios y demás parafernalia sino con su palabra. Que de una vez por todas las promesas, que alegremente se ponen sobre el tapete durante estos días, se cumplan para que los candidatos se acostumbren a prometer solo lo que puedan cumplir y a su vez los ciudadanos vuelvan a tener confianza en sus candidatos.

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