martes. 16.04.2024
Desde la protectora SARA apelan a la responsabilidad de los dueños de estos animales y realizan un llamamiento a las autoridades para que ejerzan un mayor y mejor control

Decenas de animales siguen muriendo y poniendo en peligro vidas en las carreteras de la Isla

Medio Ambiente y Transportes se dirigen a la sociedad para que se denuncie cada desaparición, pérdida y cada accidente de este tipo porque sostienen que es la única vía para detectar qué ocurre, en dónde y que puedan tomarse medidas al respecto

La temeridad, el despiste o los problemas mecánicos son algunas de las causas por las que los accidentes de tráfico se suceden con demasiada frecuencia en las carreteras de Lanzarote. Pero, por desgracia, ni son las únicas ni las más frecuentes razones por las que el número de víctimas en carreteras no hace más que engordar alarmantemente. Los animales que persisten sueltos continúan muriendo y poniendo en peligro la seguridad de los conductores mientras el cruce de responsabilidades sigue siendo una incógnita.

Raquel Betancort, secretaria de la protectora de Animales Sara, apunta a que “encontramos en las carreteras tantos animales salvajes como domésticos” y asegura que “ni hay más ni menos que en años anteriores, las cifras se mantienen aunque en temporada de caza o justo cuando ésta termina es cuando más casos se producen”. Según Betancort, muchos de los animales que son atropellados son gatos y perros que escapan de sus dueños cuando entran en celo. Pero la gran mayoría, en palabras de la secretaria de Sara, “son perros de caza que, además, casi nunca tiene el chip obligatorio puesto con lo que es un doble peligro ya que ni se puede saber quién es su dueño ni hay aseguradora a la que acudir”.

Posibles medidas de freno

Es por este motivo que desde la protectora SARA apelan a la responsabilidad de los dueños de estos animales. “Si les implantan el microchip el seguro correría con los gastos del seguro en caso de accidente y si les esterilizaran se evitaría que los animales escaparan con el celo”, aseveró Betancort. Pero las responsabilidades van más allá y desde Sara realizan también un llamamiento a los conductores, para que circulen con la máxima precaución posible, y a las autoridades “para que ejerzan un mayor y mejor control, que tengan mano dura y aumenten las sanciones porque sé que SEPRONA ha interpuesto numerosas denuncias que se quedan en el Ayuntamiento sin que pase nada”, apuntó la secretaria.

Desde las consejerías de Medioambiente y Transportes se dirigen a toda la sociedad ya que, según expresó en este medio Ramón Bermúdez, consejero de Transportes, “denunciar cada desaparición, pérdida y cada accidente de este tipo es la única vía para que tenemos para detectar qué ocurre, en dónde y puedan tomarse medidas al respecto”. Medioambiente señala que encuentran animales muertos en las carreteras de toda la Isla, aunque con algo más de frecuencia en el norte porque allí hay más práctica de caza. Bermúdez, que ayer mismo se cruzó en su camino con un accidente de este tipo, insistió en que “la clave está en que no parezca que no pasa nada y sólo con denuncias las instituciones podemos ponernos manos a la obra y solucionar tal problemática”.

Al rescate de la fauna accidentada

Un total de 194 animales fueron atendidos el pasado año por el Servicio de Recogida de Fauna Accidentada de la Corporación insular, que en la actualidad es llevado a cabo por la Empresa de Transformación Agraria (TRAGSA), y que, entre otras labores, se encarga de la recogida y tratamiento de la fauna accidentada para su posterior recuperación y suelta. Desde TRAGSA manifiestan que apunta a que el índice se mantenga o incluso aumente en 2007.

Entre todos los animales accidentados, las especies que han tenido un mayor número de asistencias son la pardela cenicienta (47), la tortuga boba (31), el petrel de bulwer (21), el cernícalo vulgar (18) y el alcaraván común (12), la mayoría de los cuales, un 70%, consiguió sobrevivir finalmente, mientras que el 30% restante no pudo ser reanimado.

En cuanto a la incidencia según la época del año, TRAGSA aprecia que octubre es el mes con un mayor número de atenciones, debido a que es el período en el que la pardela cenicienta termina su fase de reproducción y cría. Comienza entonces a abandonar los nidos para dejar las aguas del Archipiélago y dirigirse hacia las costas sudamericanas de Brasil, Uruguay y Argentina en el caso de las aves reproductoras. Las no reproductoras, por su parte, se extienden desde el Golfo de Vizcaya y Gran Bretaña hasta la costa este americana, llegando al sureste de Estados Unidos.

Con la escalofriante cifra de muertes humanas y animales delante de los ojos, en la mano de todos está el hacer algo al respecto. Denunciar, conducir con precaución y cumplir con todas las responsabilidades si se tiene alguna mascota pueden ser las claves para salvar vidas, para evitar más muertes.

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