jueves. 25.04.2024

Por Miguel Leal Cruz, historiador y periodista

El continuo debate que surge en esta sociedad canaria a raíz de los editoriales aparecidos en un conocido medio periodístico, nos obliga, hoy, a profundizar en aspectos complementarios con base histórica, al igual que su paralelismo en contextos geopolíticos de parecido o similar origen. Con la objetividad que se pretende, apuntar que esta incivil guerra mediática responde al manido pleito insular y desde otros editoriales interesados (y viceversa), como se sabe.

Respecto al ideólogo que da vida al debate, Antonio Cubillo, ya se ha dicho y publicado -Nacionalismo en el Regionalismo canario, Casa de Colón, 2000- que los tiempos han cambiado para los fines que persigue. Tuvo una oportunidad...

Nuestro entorno europeo con las excepciones de Malta, parte del mosaico balcánico y Chequia..., la globalización impide los proyectos de segregación territorial a pesar que el nacionalista persista.

En América el paradigmático caso de Québec (Canadá), en Asia Taiwan, o enclaves coloniales franceses, ingleses, holandeses, en el mar Caribe e incluso hasta en el lejano Pacífico (Polinesia) y otras posesiones coloniales, entre otras también USA...En el supuesto vasco se pretende un objetivo utópico ahora, pero siempre bajo la amenaza del terrorismo latente de ETA: lograr la independencia total de España para los pretendidos territorios vascos (todos). Objetivo este cada vez más difícil como igualmente lo es para catalanes, corsos, bretones, padanos, quebequenses, zulianos... y no digamos para canarios. Respecto a esto (a fines del pasado año) se le dijo a un polémico y estudioso personaje, amigo de la Laguna, Fidel Campo, en réplica a su comentario en un medio regional (una vez que se clarificó el contenido de otro debate, en principio académico, en el Centro de la Cultura Popular Canaria), que: “al soberanismo que aludes sí te refieres al independentismo radical, también te equivocas por ser una utopía, inviable además para estas islas en este momento; y así se reflejó en un artículo para este mismo medio hace algunos meses”. Decía (y digo) que: ... los tiempos de independencia-soberana ya han pasado, al parecer en la década de los 60-70 pasados al socaire de los procesos africanos del momento. No lo desean la mayoría de votantes en los territorios aludidos (hoy por hoy). No obstante, los nacionalismos (con o sin aquella finalidad) son siempre protagonistas y con más o menos fortuna superan cualquier obstáculo para que el sentimiento persista, con frecuencia de forma violenta. El peligro se hace preocupante cuando estos grupos carecen o pierden “la cabeza pensante o cerebro dirigente” (por diversos motivos) y pasan a la actuación libre (a veces individualizada) Pero saben que más pronto que tarde serán identificados por servicios de información estatales, internacionales (o locales), y pasarán a sufrir el rigor de la ley nacional vigente (en colaboración recíproca)...Así crean nuevos “mártires idealistas” para seguir “el cuento de nunca acabar” Ocurre estos días...

Es evidente no en Canarias (a pesar de sus reconocidos derechos históricos) de lo cual debemos alegrarnos. Se sospecha que, para este Archipiélago, terminará triunfando las tesis del ex magistrado Eligio Hernández, y así corrobora este pasado lunes, en un medio de comunicación, el comentarista político Fernando Munuesa (nada sospechoso); apuntaba que el estado federal para España de forma larvada se está gestando (incluso en determinadas conversaciones a tres bandas) Además, ya se apuesta por el estado confederal (o asimétrico) a medio o largo plazo que es el que solicita Juan José Ibarretxe (el referémdun es una “verónica”)

Se retoma el federalismo regional que se intentó (y consolidó) en la Primera república -1871- y se tanteó en la Segunda (1931) Sabemos que durante la etapa republicana, con motivo de la discusión en las Cortes del Título Primero de la nueva Constitución, surgen proyectos conjuntos para dar soluciones a la problemática socieconómica canaria; fracasarán por el problema de la capitalidad regional y el "pleito periodístico" (del que se ha hablado largo y tendido, negativamente claro).

En el mandato del Frente Popular, se produce un principio de acuerdo entre el líder de Gran Canaria el socialista Junco Toral y el tinerfeño Gil Roldán, definiendo un texto de estatuto autonómico, que no vio la luz al instaurarse tras la guerra civil un estado dictatorial férreamente centralizado de todos conocido. El art. 10 de la citada Constitución republicana, decía: “Las provincias se constituirán por los Municipios mancomunados conforme a una ley que determinará su régimen, sus funciones y la manera de elegir el órgano gestor de sus fines político administrativos. En las islas Canarias, además, cada isla formará una categoría orgánica provista de un Cabildo insular como Cuerpo gestor de sus intereses peculiares, con funciones y facultades administrativas iguales a las que la ley asigne al de las provincias...” La teoría federalista de Cubillo.

La jefatura del estado (de encomiable trayectoria post franquista) no sería óbice, puede hacer funciones presidenciales, al parecer si así recoge “ad hoc” en una nueva Constitución...con fórmulas del RU.

Se ha dicho (desde lo universal a lo local) que Canarias como espacio extraterritorial dispone de especificidad singular reconocida en la UE. Parece que un auténtico nacionalismo como defensa del entorno propio, en lo que se refiere a identidad, tendrá lugar cuando el nativo canario tenga conciencia de dicho “acerto”, al que se sumarán los no canarios, concepto éste que ya hemos definido como "neo criollismo". Afectará a residentes que sufrirán la problemática “globalizadora” (inmigración, falta de infraestructuras elementales básicas, inseguridad...) como si fueran canarios. Esto será inminente con la problemática que “in crescendo” se hace peligrosa para ellos mismos. Pero surge un desenlace distinto: Los resultados electorales serán siempre a favor de partidos mayoritarios con sede en la capital de España (ya se aprecia en Cataluña). De ahí la teoría que da fuerza para potenciar el estado federal... Se visionan medidas de cohesión estructural con el respeto a las singularidades culturales de cada enclave territorial con geopolítica o historia propia en el contexto general. Desde la historia (y periodismo) se pretende analizar estos postulados con la objetividad histórica necesaria, aún conociendo lo polémico y contraproducente del asunto...

Por tanto nos preguntamos: ¿cuándo se ha visto que un ministerio del interior “vaya a por todas” con “todo el peso de la Ley” como ahora? Está claro disponen de datos informativos que la mayoría de censados en determinados territorios con pretensión nacionalista-soberanista no depositarán el voto por estas posiciones, ahora más a la baja que nunca. ¿Se actuaría de igual modo si se conocieran resultados electorales del 60-70 por ciento a favor de las mismas, incluso dando cobertura a un nacionalismo moderado? Evidentemente no; pero ¿por qué? Es la gran interrogante y es nuestro caso canario. No somos sospechosos de incoherencia..., pero.

Esto es lo que hay, nos guste o no.

Desde Canarias: Nacionalismo, prensa y ¿federalismo?
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