sábado. 20.04.2024

Está claro que no corren buenos tiempos para el “espinismo”, esa suerte de socialismo que se ha instalado en Lanzarote y que tiene como principal función, entre otras, hacer listas negras y distinguir entre buenos y malos: a los buenos, lo que quieran; a los malos, ni agua. Aplicado a los medios de comunicación la cosa está bastante clara. No hace falta explicar demasiado. Pues bien, metidos como están en estos momentos en un lío tremendo en el Cabildo (el que no haya escuchado el programa “El Despertador” de este lunes que no se pierda la reproducción en este diario de las declaraciones del vicepresidente Fabián Martín hablando de su legítima aspiración a presidir el Cabildo de Lanzarote), donde ya es un secreto a voces que la presidenta Doña Manuela se ha distanciado del siempre polémico Carlos Espino (que no se olvide nadie que en uno de los medios afines llegó a asegurar que este hombre, al que antes de las elecciones no podía ni ver, ganaba mucho en las distancias cortas), no se les ha ocurrido otra cosa que cambiar también de estrategia con el tema del turismo y terminar por confundir a todo el personal.

Saben nuestros inteligentes lectores que Doña Manuela hizo ver por carta que no sabía nada de lo que pasaba en Inalsa, en un duelo epistolar que mantuvo con Plácida Guerra que evidentemente ganó la consejera delegada de la compañía, porque no coló aquello de que la presidenta del Consejo de Administración y del Consorcio del Agua era ajena a los evidentes problemas internos que ella contribuyó a empeorar. Ese paripé no funcionó, como no ha funcionado ningún paripé de los diseñados por la fábrica de humo a granel que hay en el Cabildo. Mucho menos el de dar ahora la imagen de santos impolutos en lo que a promoción turística se refiere. Porque si ha habido dos personas que se han empeñado en estos dos últimos años en hacer una publicidad negativa de la isla de Lanzarote en el exterior esos han sido Doña Manuela y Don Carlos.

Pero lo último es de traca. Resulta que este domingo la presidenta del Cabildo y el siempre polémico Espino participaron en un programa de la Cadena SER que se realizó en el “marco incomparable” -que diría aquel presentador- de los Jameos del Agua. Hasta ahí todo bien. El programa está en su derecho de invitar a quien quiera y los dos políticos están en su derecho de acudir un domingo a donde les parezca oportuno acudir. Ahora bien, la cosa se complica cuando se ha sabido, porque se ha hecho publicidad de ello en la cadena del Grupo Prisa, que el Área de los Centros Turísticos ha patrocinado la emisión del programa. Esto no dejaría de ser una anécdota (no es la primera vez que se hace algo así) de no ser por la delicadísima situación en la que se encuentra el departamento que dirige el líder socialista, que como siga así no va a tener dinero ni para pagar al personal. Nos consta que la oposición del Cabildo ya está trabajando para averiguar cuánto ha costado a todos los lanzaroteños el programa en cuestión, que dicho sea de paso es un buen programa y está presentado por una magnífica profesional, Monserrat Domínguez.

Pero lo realmente grave no es que estos dos “socialistas” hablen en el programa nacional sin invitar a sus “compañeros” del PIL; lo grave es lo que dijeron, cómo hablaron de Lanzarote. Igual que de la noche a la mañana han cambiado de estrategia con el tema de Inalsa, ahora resulta que Doña Manuela y su jefe político han descubierto que hay que promocionar en positivo la imagen de Lanzarote en el exterior. Nunca es tarde si la dicha llega, pensará más de uno. Nosotros creemos que el refrán más correcto sería el de “a buenas horas, mangas verdes”. Más que nada porque el daño que han hecho estos dos políticos (político y política) a la imagen de Lanzarote con el tema de los hoteles ha sido tremendo, hasta el punto de que sus consecuencias todavía no se conocen. ¿O es que Doña Manuela se ha olvidado ya de su gira aireando el tema de las 22 licencias ilegales, es que se han olvidado ya el teledirigido titular de El País comparando Lanzarote con Marbella, es que se han olvidado ya de los discursos en los que ambos hablaban de la isla más insostenible del Archipiélago?

No estará de más saber cuánto ha costado el programa a todos los ciudadanos de Lanzarote, y no estará de más comprobar que el cambio dado por estos dos “socialistas” de nuevo cuño no es otra estrategia más, es algo serio y va a tener continuidad en el tiempo. A ver si de una vez por todas se dan cuenta de que en Lanzarote hay mucha gente que está pasando hambre (ni un solo político se pasó el viernes a llevar una bolsa de comida a la parroquia de Altavista), se dan cuenta de que Lanzarote necesita un cambio en profundidad, que debe comenzar por la regeneración mental de aquellos que hasta la fecha la han malgobernado y maltratado.

EL DESPIPORRE DE LA PRESIDENTA Y DE ESPINO
Comentarios