El alcalde de Haría, José Torres Stinga, ha dado una nueva vuelta de tuerca a su particular lucha con el Cabildo insular que preside su compañero de partido Pedro San Ginés. En esta ocasión, según consta en un documento al que ha tenido acceso este diario, se ha dirigido por carta para exigir que se le informe sobre el paradero de 153 monedas de oro, un collar de perlas, un crucifijo grabado y varios restos de cerámica hallados en la Cueva de los Verdes. Lo hace además a través de un escrito fechado el pasado 4 de enero con el que deja claro que su intención es, una vez conocido el paradero del tesoro, establecer un convenio “que satisfaga las aspiraciones de ambas instituciones”.
La contestación del Cabildo no se ha hecho esperar. En un escrito fechado el pasado 12 de enero la consejera de Medio Ambiente y Patrimonio Histórico, Plácida Guerra, explica, apelando al informe elaborado por la técnico María Antonia Perera, que “el material procedente de la Cueva de los Verdes se encuentra en nuestras dependencias así como en el tramo de la cueva denominada El Refugio”.
Poco tiempo después de que tomara posesión el actual grupo de gobierno del Cabildo, José Torres Stinga inició una cruzada para que se le pague a su Ayuntamiento el canon correspondiente por su participación en la actividad de los Centros Turísticos. Al margen de las movilizaciones iniciales, de colgar todo tipo de pancartas en la fachada del Consistorio, de hacer una maqueta gigante que colocó encima de un coche municipal, llegó incluso a contratar un servicio jurídico para reclamar la gestión de uno de los centros, la Cueva de los Verdes. En teoría para que se le pague el canon que tanto Pedro San Ginés como Astrid Pérez han dicho que le van a pagar en cuanto encuentren cómo. Ahora va más allá, y exige al Cabildo que le informe sobre un tesoro que se halló, según ha relatado a Crónicas alguno de los participantes en la expedición, en 1960, siendo alcalde de Haría Mariano López Socas (junto a él y otros colaboradores estuvieron José Juárez Sánchez-Herrera, que era director del Parador de Turismo, Tomás Lamamía, que era director de Iberia en Lanzarote, y el fotógrafo Gabriel Fernández Martín, que fue quien inmortalizó el histórico acontecimiento).
En su escrito, dirigido a su compañero de partido Pedro San Ginés, indica que "esta Alcaldía tiene conocimiento a través de testigos presenciales de las excavaciones de la Cueva de los Verdes y de la aparición de 153 monedas de oro, un collar de perlas y un crucifijo, amén de múltiples restos de cerámicas". "Todo ello forma parte del patrimonio municipal y por tanto lo insto a informarnos del paradero de este bien que se depositó (no especifica cuándo ni cómo) en los responsables de esta institución. Nuestra intención no es otra que conocer su paradero y, si da lugar, establecer el convenio correspondiente que satisfaga las aspiraciones de ambas instituciones", determina, para advertir en un último párrafo que "en caso contrario, le manifiesta que es intención de esta Alcaldía recurrir a los servicios puestos puestos de los ciudadanos para recuperar e indagar el destino de este bien patrimonial". Habría que entender que cuando se anota en el escrito "servicios puestos de los ciudadanos" se querrá hacer referencia desde la Alcaldía norteña a los servicios jurídicos.
Contestación del Cabildo
La contestación del Cabildo no puede ser más contundente. La responsable del Servicio de Patrimonio Histórico, María Antonia Perera, expone textualmente lo siguiente: "le informamos que el material procedente de la Cueva de los Verdes se encuentra en nuestras dependencias así como en el tramo de la cueva denominado El Refugio, además constatamos según nuestro inventario que los bienes que se indican en el escrito recibido no coinciden con los contabilizados por este servicio".
Es más, en la larga y minuciosa descripción del verdadero tesoro hallado en la Cueva en la década de los sesenta, el Cabildo explica al alcalde de Haría que las monedas descubiertas son once de la época de Felipe II, seis de la época de Juana la Loca, dieciocho de la época de Felipe III y cuarenta y nueve monedas de la época de los Reyes Católicos. En cuanto al material metálico, la técnico señala que se encontraron cinco medallas metálicas en las que se representan a San Pedro, San Francisco, Santiago Apostol, la Inmaculada Concepción y a San Sebastián, además de una imagen de Cristo Crucificado fundido en plomo, un fragmento de Cristo Crucificado metálico, otro crucifijo metálico para colgar y varios fragmentos de un rosario; al margen de clavos de hierro, fragmentos de metal indeterminado, hebilla con motivos decorativos de relieve, conjunto de cinco clavos, fragmento de metal cruciforme con motivos decorativos vegetales, conjunto de nueve alfileres, alambres acordonados, un proyectil o bala de plomo, una barra de hierro, etcétera.
Pero la técnico no se queda ahí. Utiliza seis folios para explicarle al alcalde de Haría que además de todo eso se encontraron otras muchas cosas, que van desde ropas de diferentes tejidos a piezas de cerámica de gran valor, pasando por trozos de papel de épocas remotas, figuras y marcos de madera o jarras de cristal.
