miércoles. 24.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- Si George Friedman , experto en espionaje y autor de "Los próximos cien años", y si Fernando Muniesa , especialista en el CNI y autor de "Los espías de madera" fueran consultados sobre el ex espía español Roberto Flórez , detenido en el Puerto de la Cruz (Tenerife) el día 23 de julio de 2007, seguramente sonreirían. Porque ningún espía que se precie escribe a los rusos para venderles información y guarda las copias de las cartas en su casa. Eso es de agente de la TIA, no de una persona seria. Y en la TIA sólo trabajaban Mortadelo y Filemón . Pues bien, a Flórez, ex agente del Cesid -ahora CNI-, que se ganaba la vida como profesor en Tenerife, lo juzgan desde ayer en la Audiencia Nacional. El celoso fiscal le pide 12 años de cárcel por vender a los rusos material clasificado. Dios mío, todo esto huele a chamusquina; y mucho más cuando Flórez provocó, incluso, tras su detención, que el CNI convocara una rueda de prensa para hablar de su supuesta acción, que él niega. ¡El espionaje español convocando ruedas de prensa! Lo nunca visto. El anterior jefe del CNI, Alberto Sáiz , tenía mucho interés en empurar a Flórez, pero nadie sabe por qué. Dicen que Flórez le pidió a los rusos 200.000 dólares a cambio de información sensible. ¿Y esas cosas se hacen por carta?

2.- Roberto Flórez, casado con una periodista portuense, niega todos los cargos y afronta el juicio, según informó el domingo el periódico "El Mundo", con total tranquilidad. Lo mismo que su abogado, Manuel Ollé , que declaró al citado periódico que en la instrucción no existe ninguna evidencia contra su cliente. Y se extraña el letrado de la defensa de que el juicio se celebre a puerta cerrada. Todo apunta a una nueva caza de brujas en este país. Trece años estuvo Flórez en el CESID/CNI hasta que pidió la baja, en 2004. No niega que sustrajo documentación sensible del centro, pero sí que se la intentara vender a nadie.

3.- La acusación de traición que hace el fiscal está basada, al parecer, en el material encontrado en la casa portuense de Flórez, incluidas las dos cartas dirigidas a un consejero de la Embajada de Rusia en Madrid, un hombre llamado Melkinov . ¿Pero qué vendió Flórez? ¿Qué puede interesar a los rusos de España, un país de tercera sin apenas secretos? George Friedman define así a este país en una entrevista que publica, también el domingo pasado, el "ABC": "España hizo una vez historia y hoy se contenta con ganarse la vida". Espías de madera, como los definió Fernando Muniesa. Espías de juguete. O espías de la TIA de Mortadelo y Filemón. Ya les contaré el desenlace. Pero me huele a serial de los malos.

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El espía que surgió del Puerto
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