sábado. 20.04.2024
La madre del minusválido ‘abandonado por las administraciones' ha caído en una depresión, mientras el Cabildo responsabiliza al Gobierno canario de la falta de dinero para poner en marcha el centro para enfermos psíquicos. “No soy una pelota de ping pong”, dice Martín Alonso

El padre expulsado del último pleno del Cabildo se plantea denunciar a Asuntos Sociales “por discriminación”

Martín Alonso, decepcionado con el PIL. “Qué bien hablaba Manolo Cabrera de los asuntos de lo social” en la campaña preelectoral. “Y ahora dice que hay cosas que se pueden hacer y otras que no. Pero mi hijo no es una cosa”

Martín Alonso, padre de un minusválido psíquico, fue expulsado del pleno del Cabildo celebrado la semana pasada por lanzar improperios contra consejeros del grupo de gobierno al constatar que votaban en contra de una moción de CC que solicitaba ayudas para Adislan. Desesperado por la situación de su hijo, que no puede ser atendido convenientemente por la inexistencia en Lanzarote de un centro que atienda a minusválidos psíquicos, este padre se enfrenta ahora a otro problema, la depresión de su mujer, por lo que ha tenido que dirigirse a una de las asistentes sociales del Cabildo. Así lo relató el propio Martín Alonso este miércoles en el programa “El Despertador”, de Agustín Acosta Radio.

Tras ser atendido “de manera maravillosa” por la asistenta social, Martín Alonso se encontró por los pasillos del Cabildo al consejero de Asuntos Sociales, Joaquín Caravallo, que le desgranó los argumentos en los que se escuda la institución para justificar el retraso en la puesta en funcionamiento del ya concluido Centro de Atención para Minusválidos Síquicos (CAMS). Justificaciones que aluden a la falta de financiación por parte del Gobierno de Canarias para la gestión del centro, pero que en nada solucionan el grave problema de un padre desesperado y desesperanzado. “Yo no soy una pelota de ping pong para que me tiren de un lado a otro. Mi representante aquí en Lanzarote es él (Caravallo)”, dijo Alonso. “En lugar de ayudarme me ha dejado peor, sin luz”. Y es que Alonso Martín se siente impotente cuando le dicen que “no hay dinero”.

Tal es la situación de esta sufrida familia humilde que la sensación que tienen es de “discriminación”. Martín Alonso se está planteando denunciar a Asuntos Sociales, “porque mi hijo está discriminado”. “Mi hijo y al menos otras quince familias”, añadió. La Fiscalía del Menor será el primer lugar al que se dirigirá este padre ‘coraje' que ahora más que nunca no está dispuesto a ‘dejar en paz' a los responsables del gobierno insular.

Recordando el bochorno del pleno cabildicio, el dolor de este padre es que el gobierno no quisiera siquiera debatir la moción, calificándola de ‘sensiblera'. “Un pleno que habría acabado en diez minutos de las tonterías que se llevaron si no fuera por la oposición”, manifestó Alonso, que no dudó en criticar “la desfachatez y la risa” con la que interviene en los plenos el portavoz del Partido Socialista Carlos Espino.

Para este asunto que ha sacudido a Lanzarote, el pacto de gobierno se ha mostrado sin fisuras. Nadie del PIL se ha interesado por la situación de esta familia. “Qué bien hablaba Manolo Cabrera de los asuntos de lo social” en la campaña preelectoral, recordó Martín Alonso. “Y ahora dice que hay cosas que se pueden hacer y otras que no. Pero mi hijo no es una cosa”. Enorme decepción se llevó este padre con el voto del PIL, que no dudó en rechazar la moción de Coalición Canaria para subvencionar a Adislan, organización que suple las funciones que deberían asumir las administraciones públicas.

Dos hijos discapacitados. El caso de Rosa Martín

Rosa Martín, vecina de Lanzarote y madre de dos niños discapacitados, es otra víctima de la ‘incomprensión' y ‘falta de dinero' del Cabildo. Este miércoles relató su caso en el programa “El Despertador”. “En el Cabildo dan largas y dicen que no habrá solución hasta que abra el CAMS”, dijo esta madre, que teme que su hijo “sea después el último de la cola” a la hora de asignar las plazas en el nuevo centro el día que se ponga en funcionamiento. Sería porqué la movilidad del niño “no es tan reducida como en el caso de otros”.

El drama de la familia de Rosa Martín se agrava al ser dos los niños discapacitados. “La niña va en silla de ruedas”, explicó la madre. Vive en el segundo piso de un edificio sin ascensor, y a pesar de pedir ayuda tanto al Cabildo como al ayuntamiento, sigue sin ver resultados. “Ya estoy cansada de recorrerme las instituciones sin que nadie me oiga”.

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