miércoles. 24.04.2024

Por Miguel Ángel de León

La últimas oleadas sondeadoras del denominado Estudio General de Medios (EGM para los amigos y demás personas piadosas) vuelve a colocar al diario “El País” a la cabeza de los más leídos de España, aunque siempre por detrás del periódico deportivo “Marca”, para mosqueo y fastidio del Imperio PRISA. Pese a ese liderazgo en la prensa de información general, “El Mundo” le va ganando terreno y lectores trimestre tras trimestre, oleada tras oleada. El diario de Pedro José Ramírez (Pedro J. o Pedro Jeta, como lo rebautizan sus adversarios) ya se ha colocado como el segundo más leído de los de alcance nacional, por encima del centenario “ABC”, pese a tener aquél la edad de un adolescente.

Hablo con el conocimiento de causa o con la ventaja que me proporciona el ser lector diario de todos los mencionados rotativos, y desde la objetividad que da el no tener con ellos otra relación que no sea la meramente lectora. Puedo decir, entonces, que el autonombrado “diario independiente de la mañana” es, con diferencia sobre cualquier otro, el más sectario de entre los que se editan en Madrid, y en el que escriben los columnistas más militantes o militontos (véase no más el caso del paisano canario Juanito Cruz, el tinerfeño que ejerce de palmero oficial de Gabilondo, por no hablar de reputados tuercelíneas como Javier Pradera, Soledad Gallego, María Antonia Iglesias, Joaquín Estefanía o el “académico de la nada” Juan Luis Cebrián, amamantado bajo las ubres “informativas” de Panchito Franco, allá cuando ejerció de director de los servicios informativos de la entonces única y mejor Televisión Española).

Líneas editoriales aparte, porque cada cual hace de su capa un sayo, desconfío por sistema de los periódicos o periodistas pro-gubernamentales (sea cual sea el Gobierno de turno, que tanto da Juana como su hermana). Fiarte de ellos es permanecer todo el rato en Babia, justo donde anda todavía Zapatero y su “exitosa” negociación con los sanguinarios etnomaníacos. “Zapatero, embustero”, lo llama repetidamente Luis María Ansón, otro reciente fichaje de “El Mundo”, que será lo que se quiera pero nadie puede discutir que cuenta actualmente con la mejor plantilla de columnistas del periodismo impreso español. Teniendo en cuenta que las noticias, en esencia, son las mismas en todas las cabeceras, ¿qué diferencia a un periódico de otros? Para mi gusto, la calidad y la mínima vergüenza torera de sus columnistas, personales filias o fobias aparte.

Las encuestas pueden decir misa y añadir, si les pete, el sermón de las siete palabras. Pero lo que no deja de ser lamentable es que un periódico del presunto, probable, posible o presumible prestigio que tiene “El País” esté, encima, tan rematadamente mal escrito y tan repleto de injustificados e innecesarios anglicismos, en una suerte de carrera desenfrenada hacia el precipicio del vomitivo e impersonal spanglish, que no es ni carne ni pescado, como es triste fama.

No es la primera vez que constatamos aquí, y tampoco estamos solos en esa razonada y razonable queja. Otros muchos lectores atónitos del diario madrileño hacen lo mismo, como fue el caso reciente de un profesor de la Universidad de Barcelona que mostraba su justificadísima indignación por los repetidos y constantes anglicismos que aparecen en el mencionado rotativo nacional. Entresaco un párrafo no más del argumento que exponía el señor Zaragoza Tafalla: "Si no fuera porque son un medio importante en castellano y porque tienen una escuela de periodismo en la Universidad Autónoma de Madrid, la cosa no tendría demasiada importancia. Pero la realidad es la que es y no hay más remedio que denunciarles pública y sistemáticamente como corruptores lingüísticos. Un servidor les hace saber a sus alumnos que escribir como lo hacen en El País constituye un pésimo estilo literario y que yo lo penalizo en los exámenes". No soy el único que veo lo obvio. Es un consuelo. ([email protected]).

El país de los ciegos
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