jueves. 28.03.2024

Por Andrés Chaves

1.- Ha tenido la bondad Miguel Concepción de invitarme, ayer, al palco del C.D. Tenerife y yo le había aceptado el convite a Javier Armas , el jefe de la cosa de prensa, que me llamó por teléfono, pero cuando me dijo que había que ponerse chaqueta y corbata me lo pensé; y no. Imaginen ver el fútbol de flú, qué horror, qué tortícolis, que estiradera de cogote. Ya digo, no fui. Antes había recibido una carta del doctor Guzmán Llarena Codesido . Dice Guzmán, y no le falta razón, que el Cabildo ha montado este palco para sus "chocolatadas", construcción que le impide, a la derecha de su asiento de abonado, ver el campo de juego. Tamaño disparate había que achacárselo al arquitecto de la obra, creo yo; y al señor Llarena se le debe una explicación y un mejor lugar para ver los encuentros. El socio ha hablado con el arquitecto, con J.M.Bermúdez y con Dámaso Arteaga y, nada, le han tomado el pelo. Y está justamente cabreado por lo que considera -y nosotros también- un atropello. Dicho queda. A mi estimado Miguel Concepción le agradeceré que me vuelva a invitar, pero cuando el espectáculo se pueda ver sin corbata.

2.- Doña Ingellotte Decker se pregunta y me pregunta lo que ocurrirá cuando las Islas Canarias sean independientes. Y dice: "Espero que mi pregunta sea lo suficientemente interesante para contestármela". Pues, sí. Si yo escribo en este periódico (aunque nunca me lo han exigido) es lógico que comparta, al menos en buena parte, su línea editorial. Por supuesto que Canarias logrará la independencia un día. Esto es inevitable. Lo que no sabemos es cuándo, ni cómo: si se necesitará un referéndum, si sólo se acatará el mandato de Naciones Unidas; ni tampoco sabemos cuál será eso que los cursis llaman "hoja de ruta", es decir, el calendario para lograrlo. Pero no hay duda de que las Islas conquistarán su independencia de España, tarde o temprano, sin trauma alguno, sin violencia, en paz y por cauces de respeto y de orden. Lo que no sé es si yo lo veré; ni doña Ingellotte tampoco, aunque ignore su edad. Yo doy un sí rotundo a la independencia de Canarias. Que le quede claro a todo el mundo. Entre otras cosas porque España nos trata y nos ha tratado a la patada limpia.

3.- Fiebre de los sesenta. El programa "Qué viejos somos", en la radio, en la mía, hace furor. Escribe José Antonio Mármol Jaubert para darme cuenta de unas reuniones de jóvenes carrozas, cerca de las fechas de Navidad, para rememorar los años mozos. Va un montón de gente y se trata de un guateque a la vieja usanza, supongo que con el "cap" y todo eso, más mucha música de los sesenta. Vamos a aprovechar esa reunión y a hablar de ella en el programa. Gracias por la carta. Se la paso a Óscar Monzón .

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El palco
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