viernes. 29.03.2024

AGENCIAS

La posibilidad de una guerra civil en Irak, cuando hoy se cumple el tercer aniversario del inicio de la ocupación, ha levantado un intenso debate entre los que consideran que la situación en el país sólo cabe caracterizarla de enfrentamiento civil y los que creen que es un intento desesperado de los terroristas para impedir el proceso democrático.

Justo hoy se cumplen tres años del primer ataque aliado (EEUU y Reino Unido) sobre Irak, el inicio de la guerra al régimen de Sadam Husein, que cayó tres meses después de esa fecha.

Sin embargo, después de estos tres años, la violencia, bombardeos y secuestros no cesan en Irak, aunque son muchos los que niegan ver en estos enfrentamientos, prácticamente diarios, una guerra civil.

Aun así, hay otros que sí consideran la violencia que vive Irak como un conflicto civil. Es el caso del ex primer ministro iraquí Iyad Alaui, que en la víspera del tercer aniversario, afirmó en una entrevista en la cadena BBC que la situación de su país sólo cabe calificarla de guerra civil.

"Cada día perdemos entre 50 y 60 personas en todo el país, si esto no es una guerra civil entonces sólo Dios sabe qué es una guerra civil", explicó Alaui.

"Puede que no estemos en el punto de no retorno, pero nos estamos aproximando", afirmó. "Y no sólo Irak va a entrar en colapso. El sectarismo va a extenderse por toda la región y ni siquiera Europa y EEUU estarán a salvo".

Desde el ataque del pasado 22 de febrero contra un santuario chií en Samarra al norte de Bagdad, la ola de atentados y acciones sectarias entre suníes y chiíes en el país se ha cobrado la vida de más de 500 iraquíes.

Entonces, el líder radical Muqtada al Sadr ya habló de guerra civil y culpó a los EEUU y a los radicales a los radicales suníes de azuzarla con sus intentos por derrocar al Gobierno prochií elegido democráticamente.

Alaui abre el debate

Las declaraciones de Alaui han abierto el debate. Mientras él constata un conflicto interreligioso, para el actual Gobierno iraquí y para las autoridades estadounidenses y británicas no hay guerra civil y la violencia procede de los llamados "insurgentes", que fueron el objetivo de un nuevo ataque militar lanzado por EEUU esta semana, la mayor ofensiva aérea desde la invasión de 2003, según su propia definición.

Es el caso del presidente de Irak, el kurdo Yalal Talabani. Para éste, la situación de su país no es de guerra civil, "Irak pasa por momentos difíciles, pero la conciencia de los líderes y su sentimiento de responsabilidad, así como la conciencia nacional y la custodia del pueblo de la unidad nacional hacen fracasar cualquier intento de sembrar la discordia sectaria", aseguró.

La visión de Talabani también es compartida por el vicepresidente de los EEUU, Dick Cheney, para el que la oleada de violencia sectaria desatada en Irak no demuestra una guerra civil, sino un intento de los "terroristas" por detener la formación de un gobierno elegido democráticamente.

En la misma línea se ha expresado el secretario de Defensa británico, John Reid. En declaraciones a los medios británicos, Reid, que visita a las tropas destacadas en la ciudad meridional iraquí de Basora, dijo que "lo esencial es demostrar una unidad en el gobierno para que los terroristas, que sí quieren una guerra civil, no consigan su propósito".

De momento, ayer, la violencia volvió a sacudir el país, dejando al menos 14 muertos y más de 20 heridos en distintos puntos de Irak.

Defensa de la guerra en Irak

Por otro lado, el Gobierno de EEUU se ha movilizado, con el presidente George W. Bush a la cabeza, para defender la marcha de la guerra en Irak, en medio de manifestaciones de protestas en varias ciudades.

"Animo a los líderes iraquíes a seguir trabajando duro para poner en marcha un Gobierno" de unidad nacional, destacó el presidente, quien se refirió al "tercer aniversario del comienzo de la liberación de Irak" para pedir a los ciudadanos que "expresen su agradecimiento" por el sacrificio de las tropas.

EEUU mantiene desplegados cerca de 130.000 soldados en el país árabe, donde han muerto más de 2.300 militares estadounidenses desde el comienzo de la guerra.

El temor a una guerra civil marca el tercer aniversario de la ocupación aliada de Irak
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