miércoles. 24.04.2024

1.- El miércoles me animé y fui al fútbol. Hacía años que no acudía al estadio “Rodríguez López”, así que lo primero que me sentí fue raro. Raro por ver el partido desde un palco, raro porque no me repitan las jugadas, como en la televisión, raro por ver a los futbolistas –mucho más grandes— sobre el césped, raro por presenciar el partido con veintiuna mil personas alrededor y no en la soledad de la tele. Y me sentí bien, así que le dije a mi amigo, el que me invitó a su palco, que me apuntaré a todos los partidos de la próxima temporada, sea en Segunda División, sea en Primera. Ya veremos el sábado en Getafe. Y me gustó el Tenerife, me gustó su actitud, me gustó su juego de la primera parte y me gustó la afición, que animó todo lo que pudo y más a un equipo que entrega el alma en el campo. Fueron un par de horas emocionantes y vibrantes. Está claro que el fútbol es un deporte que te envuelve y te cautiva, para mí el único deporte que me llena. He practicado otros en mi juventud, pero ninguno como este. En fin, que ojalá el Tete dé el do de pecho en Getafe el sábado y que nos conceda la alegría del ascenso. Se lo merece también una afición que sólo aparece en los grandes momentos, pero el sentimiento está ahí, latente en ella. Yo me considero un mal aficionado, porque sólo voy al fútbol cuando el equipo se juega algo. Antes no; antes, a pesar de mi madridismo, celebré las dos famosas Ligas del Tete ante el Madrid, aunque favorecieran al Barça, que entonces era un equipo español y ahora parece que no. En fin, quedan patentes mis sentimientos y mis contradicciones.

2.- Me dan la noticia del fallecimiento de Antonio Sosa, verdadero abanderado del turismo en La Palma, una isla que precisamente no creía en el turismo. Sosa fue consejero del Cabildo palmero y presidente del CIT. Con él y con Lorenzo Dorta viajé una vez a Berlín Oriental, en la época del muro, durante una estancia en la hoy –entonces no, entonces era Bonn— capital alemana, con motivo de la BTF, la tercera feria turística mundial (la primera es la WTM británica y la segunda la madrileña Fitur). Antonio era un hombre cordial, agradable, un verdadero especialista en turismo, que siempre quiso incorporar a La Palma a esta industria, una isla que se resistía a disfrutar de las ventajas del turismo y a las inversiones de esta industria en su territorio. Tenía 77 años y sufría una enfermedad, desde hacía tiempo, llevada con gran entereza “y elegancia”, como acertadamente ha dicho un cronista sobre este personaje. Descanse en paz.

3.- Bueno, hoy no hay mucho más. Todas las miradas están puestas en el partido del sábado, que veré esta vez en mi casa porque con el calor que hace en Madrid cualquiera se va a Getafe a presenciar el encuentro de vuelta. Esperemos que los jugadores del Tete no lo sufran demasiado y puedan traerse para casa la clasificación.

Es una publicación de El Diario de Tenerife.com

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