viernes. 19.04.2024

Por Miguel Ángel de León

¿Te lo imaginas? ¿Te imaginas la bofetada sin manos más sonora y sonada? ¿Te los imaginas a ellos en la noche electoral, una vez hecho el recuento de votos, saliendo a decir por inercia que todos han ganado cuando todos han perdido la confianza de todo el pueblo que sólo ha acudido a votar -un suponer- en un 15%? ¿Te imaginas las risas? Échale imaginación. Es sólo un pequeño esfuerzo mental. Suéñalo. Atrévete, sólo por una noche. ¿Lo ves ahora? Placer de dioses, ¿verdad?

¿Y qué hace falta para que el sueño se haga realidad? Nada. No hay que hacer nada. Incluso menos que nada. Con no ir a votar, sueño cumplido. Sé valiente ante los valientes que te insultan porque no apoyas lo que no se merece apoyo electoral ninguno, y más ahora que ya no hay ni una mala “alternativa” que llevarse a la urna... a no ser que se corte a tiempo y de cuajo con el cáncer maligno de las mil caras que la está envenenando.

Sí, ya sé que siempre irán a votar los propios políticos, los familiares de éstos (no todos, pues los conocen mejor que nadie) y los que viven a costa de aquéllos. Y también están los que votan porque creen que es un deber (confundiéndolo con un derecho que se ejerce o no, a voluntad de cada cual), los que lo hacen por mera inercia, o porque creen, en su bendita ingenuidad, que así son más demócratas que nadie. Hay gente para todo. También en el grupo de los abstencionistas, claro, pero ahí el grueso no está conformado por pasotas, como quieren hacer ver los fundamentalistas del voto, ni por individuos que están contra la democracia (la mayoría de ellos lo que piden es más democracia, más transparencia, menos apego a los cargos, listas abiertas... en fin, apenas bobadas para no sentirse bobos que votan).

No, el abstencionismo no es un voto antisistema (ya quisieran muchos, para tacharnos así, a la ligera, de fascistas o disparates similares o superiores). Que no te engañen. No te engañes. El abstencionismo consciente y razonado es razonable, valga la cuasi redundancia, aunque siga sin tener perro que le ladre y esté muy mal visto por los beneficiados del voto (políticos) y los que se benefician de darle siempre la razón a éstos, que son los que pagan (con dinero ajeno) para que se les haga el constante peloteo mediático o mediocre, como es triste fama.

¿Lo vas viendo ahora... o no terminas todavía de imaginártelo? Bueno, aún te quedan unos meses para ir entrenando, ahora que los otros ya han iniciado oficiosamente la campaña de las promesas, las exageraciones y otras mil y una mentiras.

Esta vez seremos muchos más imaginando lo mismo. Tenemos muchas más razones. Sólo hay que mirar hacia el Cabildo para recordar las principales.

La imaginación al poder. ([email protected]).

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