jueves. 18.04.2024

No sé si llevaba mucha o poca razón aquel alcalde de Jerez/Xerez, Pedro Pacheco, cuando osó decir -y la osadía la pagó bien cara- que "la Justicia en España es un cachondeo". Será o no un cachondeo, pero lo que no cabe discutir es que sentido del humor está claro que sí tiene. Hay sobrada jurisprudencia al efecto y al respecto. En caso de duda, véase -y léase, sobre todo- la sentencia evacuada hace apenas unas horas por la Audiencia Provincial de Las Palmas con respecto al Caso Forelan, por la que se viene a fallar -y se falla- que los cuatro imputados quedan absueltos y libres de polvo y paja (con perdón por la fea forma de señalar, pero es una frase hecha). Y mucho que me alegre por ellos, por sus respectivas familias y demás personas piadosas. Bonito fuera.

En el fallo de marras se apunta, entre otras llamativas conlusiones, que "al no haber documentos, no se puede demostrar la falsedad de lo facturado". Elemental, querida Ástrid (abogada de la acusación, tengo entendido): si no hay cadáver no hay delito, mi niña. Más hallazgos literarios del fallo: "A pesar de que se facturaban millones por los dosieres, no se concluye que sea excesivo". O dicho en canario: ¿no fumas, inglés?

No menos significativa es la conclusión, muy bien traída por la parte de la defensa (encarnada por el valiente letrado Manuel Fajardo Palarea, siempre tan coherente con su ideología y alto cargo público), de que "en la época de los hechos [consumados, apunto por mi cuenta y riesgo] no estaba prohibida por ley autocontratar". Es lo que dice mi abuela (97 años la contemplan, Dios la guarde): la leyes son la caraba y los abogados son de lo que no hay. Bien sabe la viejilla que la experiencia es la madre de la ciencia. Y tampoco sería justo, y ahí van sobrados de razón los magistrados de la Audiencia Pronicial y tal, que fuéramos (o fuésemos, que sería aún peor) a afearle a los conquistadores del siglo XVI -un suponer- que emplearan más la fuerza que la diplomacia. Eran otros tiempos, cristiano, aunque no se haya enterado aún el delicado y sensible ex golpista y militarote demagogo y populista Hugo Chávez, ese otro indio que tampoco y tan poco se parece a Gandhi, para mi gusto.

No menos escandalosa (llamativa, quise decir) resulta esta otra aseveración que recoge la sentencia, aprovechando que también el papel judicial lo aguanta todo: "Acertado o no, el legislador despenaliza las infracciones que no superen 80.000 euros". Ahí, con dos... puñetas. Ya el conejo me riscó la perra. Y nunca mejor dicho ahora que de perras hablamos. De muchas perras, a fe mía... y a fe de tantos otros que fueron testigos presenciales de que en torno a aquellos supuestos cursos profesionales no quedó nunca claro si algún trabajador aprendió algo pero (casi) nadie duda que anómala mamanza haberla húbola.

Alguien ha dicho que este juicio se ha politizado. A mí lo que me consta es que se ha retrasado más allá de lo medianamente presentable en un país en donde la Justicia no quiera estar bajo sospecha. Baste decir que cuando esos dineros volaron hacia no se sabe qué bolsillos -aunque alguno sí que lo sabrá de sobra- tenían todavía forma de pesetas. ¿Y cómo no hablar de politización cuando entre los acusados hay militantes de CC, su abogado defensor es todo un secretario general del PSOE conejero y la acusación está encarnada en una miembra (con perdón; la culpa es del infralenguaje políticamente estúpido) del PP? Razones.

Total, que en el fallo judicial no se ven, o no están debidamente constatadas con pelos y señales y nombres y apellidos, las pruebas suficientes que permitan hablar de una trama para quedarse o mamarse las golosas subvenciones para aquellos cursos para la Fundición y Enchufe (Formación y Empleo, quise decir). Pues vale. Y mucho que me alegro, insisto, por los absueltos en buena aunque en tardía hora.

Menos mal que la Sala advierte, a modo de bienintencionado consejo a los niños traviesos, que aunque la autocontratación no estaba penada cuando se dieron los hechos que se juzgan -cito textualmente la sentenciosa sentencia-, "no resulta deseable cuando se están manejando fondos públicos". Menos mal. Ya me quedo más tranquilo. Buen tironcito de orejas con efectos retroactivos hacia quienes pudieran o pudiesen haber cometido actos impuros en forma de metida de mano a la saca de los dineros que teóricamente son de todos.

Ha hablado la Justicia. No se hable más... y cachondeos, los justitos. ([email protected]).

Juicios para-lelos
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