viernes. 29.03.2024

En Lanzarote hay determinados empresarios a los que se les mira con especial inquina. Lo escribía recientemente un lector de Crónicas. Nos referimos en este caso a Juan Francisco Rosa Marrero, de quien se ha dicho y escrito de casi todo, y quien, curiosamente, no ha salido demasiado en la prensa para casi nada. Independientemente de que se esté de acuerdo o no con las cosas que hace (eso forma parte de otro tipo de análisis), lo que está claro es que es un empresario que invierte dinero en la Isla. Una de sus últimas inversiones fue en La Geria, donde ha creado una espectacular bodega que en su día también fue objeto de polémica. Tampoco entramos en eso ahora. Nos quedamos con el detalle ocurrido durante la Reunión de la Conferencia Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural y de los Consejos Consultivos de Política Agrícola y de Política Pesquera para Asuntos Comunitarios (chiquito nombre) que saben que se celebró este lunes en Lanzarote. Según se recoge en el programa de la visita oficial de la ministra de Agricultura en funciones, Elena Espinosa, estaba previsto que el sábado, a las 17.00 horas, visitara la bodega Stratus, donde iba a hacer una degustación de vinos en presencia de su propietario, el empresario Juan Francisco Rosa. ¿Saben ustedes por qué al final la ministra no fue a la bodega? Pues nosotros tampoco, aunque nos lo podemos imaginar. ¿Tendrá esto que ver con algún tipo de prohibición política? Si es así es lamentable, y si es así sabemos de dónde viene. Del Partido de Independientes de Lanzarote (PIL) no, porque su consejera del Cabildo, Nereida Pérez, dijo este martes en Agustín Acosta Radio que no le parecía bien que se hubiera suspendido la visita. ¿Quién dio la orden? Creemos que nunca se sabrá. Bueno, y hablando de la dichosa visita de la ministra y de los consejeros, nos ha llamado poderosamente la atención la denuncia que hacía Natalio Cruz, propietario de una empresa de coches de lujo que opera en Lanzarote, en el programa Lanzarote al Día que dirige y presenta nuestro compañero Alfonso Canales. Este empresario se queja del poco tacto de nuestros representantes públicos, que en lugar de contactar con las empresas locales para trasladar a tan ilustres visitantes trajeron un único chófer de fuera que se encargó de llevar a todo el mundo en una furgoneta. ¡Ale, como si fuera ganado! No nos extraña que este empresario estuviera tan enfadado, como tienen que estar enfadados aquellos que insisten en que es muy importante vender una imagen distinta de Lanzarote en unos momentos de tanta crisis. Así nos va.

LA BODEGA DE JUAN FRANCISCO Y LA FURGONETA
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