Llevamos mucho tiempo callados -tal vez demasiado- soportando las estupideces de unos y de otros, soportando ataques injustos sobre nuestra excesiva escora hacia determinada ideología política. Estamos cansados, y el tiempo y nuestra santa paciencia está poniendo las cosas en su sitio. Eso sí, antes tenemos que dejar claro otro asunto, uno que nos tiene bastante preocupados y molestos, el de la publicidad institucional del Gobierno de Canarias. No es ni lógico ni normal que el Ejecutivo que dirige en solitario Coalición Canaria (CC) hasta que Paulino Rivero tome posesión de su cargo esté vulnerando sistemáticamente la obligación que tiene con este medio -el único diario de papel de Lanzarote- de insertar la publicidad institucional, tal y como hace en los periódicos de las otras islas. Cada anuncio que han visto aquí, cada publicidad de nuestra más que seguida edición digital, ha tenido que ser peleada y reclamada, llegando un momento en el que el hartazgo supera la capacidad de paciencia. No entendemos cuál es el problema que existe entre aquellos que distribuyen la publicidad, como no entendemos qué criterio es el que se sigue. Lo que sí que sabemos es que en tres ocasiones en nuestra anterior etapa profesional conseguimos ganar los pleitos por esta misma cuestión al Cabildo Insular de Lanzarote. Todo sea que tengamos que volver a los tribunales, para que se haga justicia de una vez y se deje de tomarnos el pelo. Dicho todo esto, queremos hacer una honrosa excepción, la del presidente del Gobierno canario, don Adán Martín Menis, un auténtico caballero que siempre se ha portado bien con esta casa. De hecho, sabemos que él no tiene nada que ver con este lío de la publicidad, como sabemos que le estaremos eternamente agradecidos por tener el gesto que tuvo atendiendo a la invitación que le cursamos para asistir a la fiesta con la que presentamos a la sociedad este proyecto. Eso sí, tenemos que decir “basta ya” a tanto atropello. Este fin de semana más de lo mismo. Publicidad sólo para los dos diarios de Gran Canaria. Aquí parece que no hay prensa escrita diaria.
