sábado. 20.04.2024

Cuentan las gentes del lugar que a Lanzarote poco a poco se le termina la paciencia. A nosotros también. No sabemos hasta cuándo podremos aguantar la memez que se ha instalado en alguna de nuestras instituciones públicas, especialmente en el Cabildo insular, donde desgobierna, al menos eso dicen, una mujer que se llama Manuela (o Mela) Armas que va camino de convertirse en el mayor fiasco político de la historia, si es que no lo es ya. Y que nadie nos malinterprete. No es una nueva crítica a la dirección del Partido Socialista. Es una crítica a los cachiporros y cachiporras que utilizan las siglas del partido con más solera de todos los que pululan por nuestras instituciones para Dios sabe qué fines. La última que les contamos (no es la aparición de otros 31.500 euros para otro estudio, no se asusten, ni es una nueva carta de Doña Mela hablando de sostenibilidad) tiene que ver con el enorme jaleo que tienen que tener en el Gabinete de Prensa de la institución, donde nos da la sensación de que ya no saben muy bien quién les dirige y qué es lo que tienen que hacer. Como viene siendo habitual, se convocó una reunión importante y al único medio de comunicación que no se avisó fue al nuestro. ¡Qué raro! La reunión se iba a producir a instancias de Doña Manuela (o Mela), que quería ver la cara a Plácida Guerra. Parece que las cartas que adelantamos en primicia en esta casa tuvieron más importancia de lo que en principio se esperaba y se ha dicho, cosa que nos hace pensar que nos oyen y nos leen alguno más de las seis personas que nos asigna el señor Carlos Espino, que Dios tenga en su gloria de cargo público bien remunerado. Pues bien, para no extendernos demasiado, diremos que la reunión finalmente no se celebró. Vamos, que se suspendió. ¿Adivinan cuál fue el único medio al que nadie avisó para decir que se suspendía el encuentro? Efectivamente, a los mismos a los que no se había avisado de que se celebraba. ¿Es esto casualidad o es que realmente no quiere Doña Manuela que estemos presentes en sus extraños encuentros? Nos empezamos a cansar, de verdad, sobre todo cuando esta nacionalista reconvertida a socialista por obra y gracia de su deseo de llegar lo más alto posible en política y no pisar la escuela se llena la boca hablando de democracia y participación. ¿Es esto democrático? No, claro que no lo es. En esta ocasión no vamos a culpar al Gabinete de Prensa y a sus integrantes, que suponemos que bastante tienen con aguantar lo que aguantan cada día. Imaginamos que están casi de brazos cruzados, y no porque ellos no quieran trabajar, sino porque no hay mucho que hacer. Con el actual desgobierno del Cabildo y con su manifiesta incapacidad para hacer cosas, poco puede hacer un periodista. Volviendo al tema de la reunión, les podríamos contar la verdad de la suspensión, pero de momento preferimos no hacerlo. Está claro que van a pasar cosas, y muy pronto las sabrán. Por cierto, como ya preguntamos el día anterior, ¿por qué hay tanta gente preocupada por que Dimas Martín esté disfrutando de unos días de permiso? ¿Qué hace el Picudo Rojo en todas las esquinas, a quién está vigilando, por qué llama tanto por el móvil?

LA REUNIÓN CON PLÁCIDA
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