Por Sigfrid Soria
Las voces de Canarias en las Cortes Generales son los Senadores o Diputados que son elegidos por los votantes canarios. Esta afirmación está amparada en la lógica democrática, a la que se atienen los Partidos que concurren libremente a las diferentes citas electorales. Son las reglas del juego, que por el hecho de jugar, implícitamente son aceptadas por todas las formaciones políticas con representación en las Cámaras Legislativas.
Sin embargo, uno de los jugadores siempre se autoproclama voz de Canarias exclusiva y excluyentemente. Es un jugador que vulnera sistemáticamente las reglas que, por el hecho de estar jugando, había aceptado. Se trata de un jugador que yerra en lo que un Partido Político no debe errar jamás, en su conducta democrática. Hablamos de Coalición Canaria.
En la legislatura que acaba, no todas las voces de Canarias han defendido iniciativas buenas para nuestro archipiélago. De hecho, PSOE y CC han estado juntos apoyando las decisiones políticas que han llevado a España y a Canarias a la caótica situación actual. Subida de impuestos, Estatuto de Cataluña y aprobación de varios PGE discriminatorios para Canarias. Tres ejemplos de las muchas nefastas sinergias de PSOE-CC que hemos padecido en España y en Canarias.
Por tanto CC, autodenominada voz de Canarias, ha estado afónica y ha apoyado lo que tenía que haber rechazado por el bien de quien le había votado. La única voz, de las tres voces Canarias en Madrid, que ha gritado alto y claro por Canarias ha sido la de los Senadores y Diputados del Partido Popular; tanto los canarios como los del resto de España.
