jueves. 28.03.2024

La vendimia avanza a toda máquina en los campos lanzaroteños. Todas las bodegas se afanan por recoger la uva propia y hacerse cargo de la de sus proveedores, una cosecha de la que finalmente podrán encargarse sin dificultades porque parece que se reducirá en más de un millón de kilos con respecto a la cantidad que inicialmente se había previsto para este año. Pero el adelanto de la vendimia y la evidencia de que si no llega a ser por las pérdidas derivadas del calor habría problemas para hacerse cargo de toda la cosecha, suscita opiniones para todos los gustos. Unos creen que la uva aún no estaba en su punto de maduración para ser recogida, mientras que otros están convencidos de que era urgente cosechar lo antes posible. Todos coinciden en que existe un problema en la falta de espacio para hacerse cargo de la producción de uva en la Isla y en que al final sólo hay un afectado: el viticultor.

Por debajo de los 2.000.000 de kilos estiman viticultores y bodegas que se pesará la fruta recogida en esta campaña.

Las causas se reparten entre las pérdidas de cosechas enteras ocasionadas por la ola de calor, la consecuente deshidratación de la uva en otros casos y el agotamiento de la parra que ha dado una fruta muy pequeña.

Estas al menos son las principales causas a las que apuntan los profesionales del sector vitivinícola, que este año no tendrán que lidiar con la falta de espacio en las bodegas que acusaron en las dos campañas anteriores.

En principio, este mes de agosto las bodegas cuentan con los depósitos suficientes para el vino resultante de una uva que llega más pequeña, con menos mosto y en menor cantidad.

La incidencia del calor

Como ya se ha explicado ampliamente en las pasadas semanas, el calor se ha llevado por delante las cosechas de los viticultores de zonas como La Geria, Masdache y Conil. La resta que suponen estos kilos de uva es la principal causa de la rebaja de la cosecha, pero la debilitación con la que llegaba la planta a esta vendimia tampoco sirvió de ayuda.

Según los viticultores, la vid no ha producido igual que en las pasadas vendimias porque después de varios años dando una fruta muy buena está “agotada”. Así expresa Ulpiano Calero, de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos, el estado de la planta que dio “racimos con una uva muy menuda”.

Esto, unido a la deshidratación de la fruta, que con el calor perdió mucha agua, hace que el kilo dé mucho menos mosto que el pasado año.

Lo han comprobado en estos primeros días de vendimia los encargados de la bodega Reymar, que aseguran que en los tres primeros días de trabajo, (adelantaron la campaña hasta el pasado sábado), se nota la diferencia de la uva con la del año anterior.

Esta bodega se encargará de unos 30.000 kilos de uva al final de la vendimia, recogidos a un ritmo de 3.000 kilos cada dos días, uno para recoger y otro para trabajar en bodega.

Es el ejemplo de una bodega pequeña, que hace frente a las pérdidas que saben que mermarán su producción final, en este caso de los 20.000 litros previstos a unos 18.000 litros.

Sin embargo, la conclusión de esta bodega es la misma que la de todas, las pérdidas no vienen mal porque permitirán aliviar los problemas derivados del excedente previsto inicialmente, pero saben que los viticultores serán los principales afectados.

No será necesario “plan renove”

En Bodega Vega de Yuco el adelanto de la vendimia no les ha sentado tan bien. Aunque coinciden en que la uva ha madurado antes y cuenta con un grado de alcohol suficiente, no están tan convencidos de que la maduración fenólica, la que se mide a través de la pepita, sea la idónea.

Como explicó a Crónicas el enólogo de la bodega, José Ramón Fernández, si no se ha llegado al estado apropiado de esta madurez, el caldo resultante puede perder en la calidad de su sabor.

Aún así, la bodega también está recogiendo la uva porque se ha visto comprometida con los proveedores que están vendimiando antes de tiempo debido a la demanda de las bodegas que adelantaron la fecha de la campaña por el calor.

Fernández asegura que las primeras remesas que les están llegando se encuentran con un exterior quemado, pero que el interior aún no está a punto para pasar por la prensa, un estado que se encuentran sobre todo en la malvasía y en la negra.

Para conseguir una uva de mayor calidad esperarán para vendimiar la uva de cosecha propia hasta la próxima semana. Desde este lunes, primer día de vendimia para esta bodega que la ha adelantado en dos semanas, se están haciendo cargo de la uva que se salvó de la zona de Masdache.

Hasta de 450.000 kilos se puede encargar esta bodega según su capacidad, un límite que es el que se pone como criterio de recogida a los viticultores: se compra uva hasta que se llena la bodega.

Pero el pasado año se superó esta cifra en 160 litros. El excedente de uva contabilizado les llevó a aceptar más cantidad que terminó almacenada en las cubas cedidas por el Cabildo en el Complejo Agroindustrial.

En vista del excedente esperado para este año, ya muchos se habían planteado incluso la necesidad de eliminar caldos antiguos o vinagres que se almacenan es esto depósitos para dejar espacio para los nuevos.

Este “plan renove” finalmente no será necesario, pero Fernández se plantea qué ocurrirá en las próximas campañas si el tiempo no merma el excedente. Ahora mismo asegura que ya hay bodegas que no quieren producir nuevos vinos este año porque aún tienen de la pasada campaña.

Apuesta por dejar ampliar a las bodegas su capacidad, una petición que muchas ya han hecho llegar al Cabildo, que hasta ahora ha denegado la solicitud alegando la imposibilidad de realizar obras en suelo y protegido.

La vendimia terminará con una cosecha por debajo de los 2 millones de kilos
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