sábado. 20.04.2024

Me he atrevido a escribir algo sobre algo de lo que llevo oyendo hablar a otros desde hace muchísimo tiempo. Diría, porque en Lanzarote algunos han abusado del tema, que es algo con lo que mi generación ha crecido. Se trata de la ordenación del territorio, concretamente de la ordenación del territorio que más me preocupa, la de Lanzarote. Escribo desde mi más completa ignorancia en temas urbanísticos, y sólo con el conocimiento que me ha dado estar 27 años viviendo en esta tierra.

La semana pasada se presentó un avance de la revisión del Plan Insular ( a estas alturas y todavía es un avance) en el Cabildo. Destaco las palabras del presidente del Cabildo, Pedro San Ginés, quien dijo, nada más comenzar, que era el documento más esperado de los últimos años. Los que llevamos años viviendo en esta Isla hemos visto el espectacular cambio que ha tenido nuestro territorio, en parte debido al gran desarrollo inmobiliario, perjudicial ahora para los intereses de los lanzaroteños y que nadie supo frenar a tiempo. Es la consecuencia de no haber realizado las cosas bien desde un principio. Aunque desde 1991 se están intentando ordenar los 846 kilómetros cuadrados de este pequeño pedrusco perdido en el Atlántico, salta a la vista que no lo hemos conseguido. Entre los principales errores está el haber dejado que algunos llenaran de cemento sin sentido muchas zonas de la Isla, a veces por poder empresarial, otras por poder político y muchas otras, la mayoría, por la unión de ambas fuerzas.

No me voy a centrar en ninguna zona en concreto. A estas alturas ya sabemos que tenemos un exceso de planta alojativa turística y residencial, y lo que es aún peor, muchos kilómetros cuadrados de esqueletos de cemento. Ambos problemas parten de la misma base, un territorio descontrolado.

El señor Ezquiaga, redactor del Plan, destacó un apartado muy importante durante la presentación: Lanzarote no es una isla sostenible, ya que importa casi el 90 por ciento de sus recursos. Es una contradicción con lo que algunos nos llevan vendiendo desde hace años, pero que está muy lejos de la realidad, aunque queda bien decirlo y defenderlo en los medios. Ojalá tuviéramos un modelo sostenible de verdad, pero eso hoy por hoy es una utopía. La Isla ha tenido como principal lacra a diferentes agentes sociales que han tenido un doble rasero con respecto al crecimiento del territorio. Están los que defienden un control del territorio dando un mal ejemplo ellos mismos con construcciones al margen de la legalidad, y otros que también defienden el territorio pero vendidos al mejor postor, estos incluidos en grandes lobbys inmobiliarios de los cuales han sacado mucha tajada durante los últimos años.

Otra cosa importante que destacó el redactor del Plan fue el tema los campos de golf. Otro escándalo del cual se han aprovechado muchos para convertir zonas rurales sin posibilidad alguna de construcción en núcleos urbanos. En este apartado han puesto un especial interés y han limitado mucho los espacios en los que podrán existir estas superficies en un futuro, superficies que sólo podrán ser regadas mediante aguas depuradas, por lo que no podrán estar muy lejos de zonas urbanas consolidadas.

Otro apartado importante para los intereses de la Isla es la integración de pequeños hoteles rurales en zonas donde no había planta turística, dando la posibilidad a pequeños empresarios y emprendedores de poder generar capital. Hubo voces críticas en esta apartado, ya que entendían que contradice la idea del Plan Insular de acortar las camas turísticas. Creo que en realidad ayudará a aquellos lugares que no disponen de oferta turística a complementar la oferta alojativa, y generará riqueza en esa zona. Siempre y cuando sea de una forma controlada y siendo hoteles pequeños de veinte o treinta habitaciones como máximo. Eso es lo que se supone que recoge el documento.

Importante también los lugares reservados para la energía y los espacios para la agricultura. Ambos apartados prioritarios para el devenir de la Isla. Por un lado la energía, que cada vez más tenemos que ir hacia lo reutilizable y renovable. Y por otro lado la agricultura, el pilar de nuestra alimentación antaño, que puede ser una escapatoria cuando nuestra principal fuente de ingresos falle.

Por último, destaco lo que me llamó también la atención; digo también porque el propio presidente se quedó algo sorprendido, y es que nadie habló de la situación que tendrán ahora los hoteles ilegales. Algo con lo que nos han machacado y que ahora parece que no tiene especial relevancia. Con la cantidad de dinero que nos hemos gastado todos los lanzaroteños en pleitos interminables. Quiero pensar que es porque quieren que demos un paso adelante e intentar unir fuerzas para que las cosas vayan mejor en un futuro, y no porque el color político de los actuales gobernantes haga cambiar la opinión de algunos.

Tengo la esperanza de que de una vez por todas y después de atender lo máximo posible las diferentes alegaciones, este Plan Insular salga adelante y dentro de unos meses podamos sentirnos orgullosos de poder vivir en una isla verdaderamente ordenada.

Lanzarote ordenada
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