sábado. 20.04.2024

Desde hace unos días Arrecife huele a Carnaval. Desde el inicio del concurso de murgas, cuya fase final se celebró anoche en el Recinto Ferial, la capital se ha contagiado del colorido y la picardía que desprenden las batucadas, comparsas y agrupaciones murgueras, sin duda, la chispa de una de las fiestas más enraizadas de la cultura isleña.

Entre tanto alboroto, y como no podía ser de otra manera, las primeras mascaritas capitalinas se apoderaron durante la noche del viernes de las calles de la ciudad. No en vano son muchos los conejeros que se preparan durante todo el año para lucir en estos meses de febrero y marzo, periodo en que se prolongan los actos carnavaleros, sus mejores diseños y fantasías. Para todos, jóvenes y no tan jóvenes, el objetivo es el mismo: alcanzar el máximo de diversión durante todas las fiestas.

El Carnaval lanzaroteño, como el del resto del Archipiélago, es un carnaval en la calle. En las principales vías de la capital, especialmente en la zona centro y en los alrededores del C.I.C El Almacén y el Parque José Ramírez Cerdá, se congregan varios cientos de miles personas a un mismo tiempo disfrazadas con los más variados trajes y bailando sones latinos en un ambiente donde es imposible no contagiarse de la alegría y que se conocen como “mogollones”.

Así, durante la primera noche de las celebraciones organizadas en honor a Don Carnal los mogollones, cual serpiente oriental (por su colorido y vistosidad), se trasladan de un escenario a otro dejando tras de sí estela de algarabía y vistosidad.

Una serpiente precisamente presidió el alboroto que se congregó en la primera noche de fiesta. Observando a los cientos de mascaritas del parque contiguo al C.I.C El Almacén, una enorme cobra construida en corcho decora el pequeño escenario que se ha instalado para los grupos que amenizan la fiesta popular.

Todos estos ingredientes convierten la capital por una noche en una pequeña selva, el tema que este año inspira la decoración del Carnaval, que ha elegido El Libro de la Selva para ambientar la capital.

Tres días de diversión

Como cada año, los días dedicados a los festejos carnavaleros son los anteriores al martes de Carnaval, tres días en los que las calles se llenan de toda clase de personajes alrededor de los ventorrillos que el Ayuntamiento dispone en el centro de la capital.

Los carnavaleros ultimaban el pasado viernes los preparativos para confeccionar sus disfraces por lo que durante el día se notó también el movimiento en los comercios de la capital, en donde las tiendas de pelucas, telas y complementos no daban a vasto para dispensar lo que les requerían los que aún no tenían preparado el disfraz.

Lo mismo ocurrirá en esta mañana, en la que se apuran las últimas horas para tenerlo todo preparado para la noche del sábado, uno de los días de más afluencia junto con el lunes, en los que se concentran cientos de personas en las calles más céntricas de Arrecife.

Las primeras mascaritas de la capital asaltan las principales calles de Arrecife
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