martes. 23.04.2024

Por Jesús J. Lavín Alonso

Que fácil resulta disparar con pólvora ajena; con pólvora del rey, como también suele decirse, aunque los pedigüeños que ponen el cazo con una mano para que les caiga la sopa boba de los “dineros de nadie” - según la insólita definición de erario dada por una ex ministra de cuota - con la otra azuzan a algunos de sus epígonos con anemia neuronal, más bien con encefalograma plano, y tendencia pirómanas, a quemar la efigie de éste... y de paso, alguna que otra bandera que, oh casualidad, no es la de su terruño, sino la del de todos.

Recuerdo que la primera vez que visité Londres, vi en tiendas de recuerdos y baratillos callejeros una especie de insignias de solapa que decían: “Keep Britain tidy, go home”- mantén Inglaterra limpia, vete a tu casa. Un eslogan que no solo destaca la tendencia aislacionista de los hijos de Albión, sino su desdén por el resto del mundo, incluidas sus ex colonias, hoy agrupadas bajo esa especia de pantomima político-económica conocida como Commonwealth. Pero no deja de ser una idea que no estaría de más que se aplicasen los de esa panda de secesionistas hipócritas que parecen estar a disgusto en la patria común, pero a la que no hacen ascos a la hora de beneficiarse de ella. Y dejo esto bien explicitado por aquello de las cuentas, claras; y el chocolate, espeso.

Y volviendo a lo del Erario, será que por no ser sus caudales de “nadie”, están dándole unos tientos de aquí te espero, con el solo y mas que ostensible afán de asegurarse un puñado de votos con vistas a marzo de 2008 - otra vez hay llamar a las cosas por su nombre y dejar a un lado las pamplinas demagógicas que ocultan la verdadera faz del descarado limosneo al que hago referencia.

No es necesario entrar en los detalles del despilfarro dinerario ni de las asignaciones a algunas autonomías en menoscabo de las restantes - y de eso Canarias está empezando a saber bastante ¿O me equivoco y no hay ninguneo, más o menos solapado, para con el Archipiélago...? Que puede que estamos lejos de la metrópoli, pero aún quedan ojos para ver y oídos para oír, y el sentido común... muy bien, gracias. Lo malo de todo este embrollo electoralero es que, a pesar de las llamadas de algunos expertos al sentido antes mencionado, la marabunta de los eurófagos, en singular coyunda, resulta de difícil contención. Ya lo dice el viejo refrán: por dinero baila el can...

En el Libro de los Proverbios se puede leer: “Quien desordena su casa, heredará viento, el insensato será esclavo del sabio”. La cuestión estriba en definir quién es verdaderamente sabio, así como en encontrar en suficiente número de ellos para cuando el destino nos alcance - una película de anticipación muy ilustrativa, por cierto.

Los eurófagos
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