jueves. 28.03.2024

En una entrevista realizada hace 2 años a Susan George, presidenta de honor de ATTAC, la Asociación para la Tasación de las Transacciones Financieras y la Ayuda a la Ciudadanía; y autora de los dos impresionantes Informes Luganos, a la pregunta de por qué no se producía una reacción ante el austericidio en Europa, especialmente en Grecia y España, contestó con contundencia: “De hecho, creo que los griegos y los españoles son como ratas de laboratorio para ver qué nivel de castigo y sufrimiento puede ser aceptado por esta sociedad sin que la gente se rebele. Eso puede alentar al fascismo”. A algunos podrá parecer fuerte la respuesta, mas si tienen la paciencia de leer las líneas que siguen, es probable, mejor seguro que estarán plenamente conformes con ella. Me limitaré a reflejar los hechos, que hablan por sí mismos, con algún pequeño comentario propio.

La Fiscalía Anticorrupción acaba de archivar la denuncia de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético sobre el perdón de 3.000 millones a las eléctricas que llevó a cabo el Ministerio de Industria en 2008. Conviene hacer un poco de historia. El origen del caso es antiguo. Recurriendo a algunos periódicos de papel o digitales trataré de reflejar todas las circunstancias que rodean este auténtico atraco a la ciudadanía.

En 1997, al liberalizar el mercado eléctrico, el Gobierno del PP creó los Costes de Transición a la Competencia (CTCs), un sistema de compensación a las eléctricas para garantizarles el pago por inversiones que les había obligado a hacer. El Ejecutivo se comprometía a abonarles una remuneración de 36 euros por megavatio-hora producido. Tras una reforma, esos CTCs quedaron con un tope de 1,441 billones de pesetas de 1997 (8.600 millones de euros) del recibo que pagamos los consumidores. El sistema funcionó más o menos como estaba previsto hasta que, en 2005, con la subida del petróleo y del gas, aumentó el precio de mercado a más de 50 euros por megavatio. Eso implicó que las eléctricas (Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Viesgo e Hidrocantábrico) cobraran más de lo inicialmente estimado. En junio de 2006, un decreto ley de Industria canceló el pago de CTCs pero dejó pendiente la liquidación. Ignasi Nieto, secretario general de Energía entre 2006 y 2008 señaló que encargó el informe a la Abogacía del Estado antes de pedir la devolución. "Se habían pasado de frenada y habían cobrado de más". Nieto no recuerda el cálculo exacto de cuánto estimaban que los consumidores habían pagado indebidamente, pero afirmó que "era una cantidad significativamente relevante que rondaba los 3.000 millones". La Comisión Nacional de la Energía (CNE) recordó en informes que no se había producido la liquidación definitiva. En 2008, la CNE elevaba lo cobrado de más a 3.393 millones repartidos así: Endesa, 1.562 millones; Viesgo, 432 millones; Cantábrico, 155 millones; Fenosa, 276 millones e Iberdrola, 1.159 millones. Mientras, Elcogás cobró de menos 191 millones. Nieto consultó a la Abogacía del Estado cómo liquidar los CTCs.

El 13 de marzo de 2008, cuatro días después de las elecciones generales, entró en Industria la respuesta, firmada por el entonces abogado general del Estado (jefe de ese cuerpo), Joaquín de Fuentes Bardají. Su conclusión era que, aunque no estuviera expresamente contemplada en la ley una liquidación final, "los principios del derecho que prohíben el enriquecimiento injusto y el cobro de lo indebido permiten que pueda procederse a dicha liquidación para cada empresa". El informe no cifra la cantidad a devolver. El dictamen, de 26 páginas y que no se hizo público, señala que "junto con las liquidaciones anuales de las compensaciones debe existir una liquidación global y definitiva que permita determinar si las cantidades entregadas superan el máximo previsto legalmente, lo cual solo puede conocerse al final del periodo de vigencia". Añade que el plazo para reclamar esas cantidades era de cuatro años a partir de junio de 2006, cuando el decreto ley abolió los CTCs. Así que Industria tenía hasta junio de 2010 para reclamar el dinero mediante una norma. En 2010 prescribió la posibilidad de que el Ejecutivo pidiera el cobro.

Como la justicia española ha desestimado la denuncia interpuesta, algo previsible si tenemos el poderío económico de las Eléctricas, podemos entender que el eurodiputado de Primavera Europea, Jordi Sebastiá, haya presentado una pregunta a la Comisión Europea, en nombre de EQUO y a petición de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, en la que se solicita a dicha Comisión que se pronuncie sobre lo cobrado de más por las Eléctricas gracias a los Costes de Transición a la Competencia, con el siguiente texto:

“Estimada Sra. Comisaria:

“En las últimas semanas hemos sabido que los consumidores españoles presuntamente pagaron 3.396 millones de euros de más a cinco compañías eléctricas, titulares de varias centrales, en concepto de Costes de Transición a la Competencia (CTCs), y que el Gobierno ha renunciado a exigir la devolución de esas cantidades. Esta sobre retribución se debe a que el precio de mercado fue más elevado de lo esperado, y aunque la compensación perdió el sentido para el que fue diseñada, se siguió pagando en concepto de CTCs durante varios años.

El Ministerio, sabiendo que podía exigir esa devolución y mediando cinco recordatorios del organismo regulador y hasta un informe de la Abogacía del Estado, decidió no exigirlo, lo que ahora ha generado el inicio de una investigación por corrupción contra ex altos cargos del Ministerio. ¿Considera la Comisión Europea que las centrales afectadas, que siguen percibiendo en la actualidad los mismos ingresos que las centrales nuevas, están afectando a la competencia en el sector eléctrico español?”.

Después de lo expuesto, para más burla y escarnio de la ciudadanía en Nueva Tribuna, el Informe de 15 de diciembre de 2014 titulado Las eléctricas cortaron la luz por impago a más de un millón de familias en 2013 destaca “Los gravísimos índices de pobreza energética que se sufren en España se contraponen con los cerca de 6.000 millones de euros que en 2013 obtuvo de beneficio neto el oligopolio de los tres gigantes energéticos Iberdrola, Endesa y Gas Natural Fenosa. FACUA alerta de que las eléctricas cortaron la luz a más de un millón de familias durante 2013. La organización ha calculado la cifra aproximada de cortes por impago en viviendas, en torno a 1,03 millones, extrapolando al total de usuarios domésticos los datos de cortes de suministro que constan en los informes de sostenibilidad de las dos principales energéticas, Endesa e Iberdrola. Gas Natural Fenosa oculta esta información en su memoria.

La Plataforma por un Nuevo Modelo Energético denuncia ante el Ministerio de Industria la falta de voluntad para abordar el problema de la pobreza energética, una situación que afecta a más de 7 millones de personas en el Estado español, un 15% de la población, y que tiene como consecuencia la muerte de 7.000 personas al año durante los meses de invierno.

Los hechos expuestos son lo suficientemente explícitos para que cada uno saque sus propias conclusiones. Esto es una vergüenza. Para acabar, trataré de no perder la compostura y mantener la cabeza serena, ya que me está hirviendo la sangre, al constatar tanta ignominia y tanta desfachatez por parte de nuestras élites dirigentes políticas y económicas. Son auténticos desalmados. Mas todo tiene una explicación. El profesor Ferrajoli, en su libro Poderes salvajes. La crisis de la democracia constitucional denuncia la alarmante falta de separación de poderes que existe en algunos países occidentales, especialmente entre la esfera pública y la privada. "Los conflictos de intereses, en las formas de la corrupción o del intercambio político con los lobbies corporativos (Las Eléctricas..) y, sobre todo, con los medios de comunicación, son hoy fenómenos endémicos en todos los ordenamientos democráticos, en los que resulta cada vez más fuerte la relación entre dinero, información y política”.

Si al inicio recurría a Susan George, al final lo haré a una cita muy oportuna del Conde Romanones: “Cuando un pueblo se resigna con el vencimiento y convive con el vencedor sin protestar, es que ya no palpita en él el amor a la patria y que ha llegado al último escalón de la degradación cívica”.

Los griegos y los españoles somos ratas de laboratorio
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