viernes. 29.03.2024

Los expertos en literatura conocen a un simpático personaje que dio título a lo que en 1464 se conoció como Las Coplas de Mingo Revulgo, atribuidas a un autor tan poco conocido como Hernando del Pulgar. En esta sátira se hace clara referencia a la homosexualidad de Enrique IV, que anda “tras los zagales” y abandona a las “ovejas” (el pueblo) “por folgar tras cada seto”. Nosotros, sin entrar ahora en el terreno de la homosexualidad -respetamos la condición sexual de cada cual-, nos hemos tropezado por estos lares con un personaje que responde al nombre de Mingo Rebulgo y que también anda siempre detrás de lo que pilla, como ave de rapiña que es. Nada que ver con el de la sátira, sobre todo porque este es un palanquín de mucho cuidado y dudamos que sea homosexual. Más bien todo lo contrario, es bastante conocido por sus correrías en Cuba. Este miserias, que es como se tiene que calificar, no sólo está un día sí y otro también criticando y poniendo verde a quien un día le sacó de la miseria desoyendo los consejos de sus amigos sino que se permite el lujo de seguir mamando a dos carrillos por no hacer absolutamente nada. Mingo Revulgo, según nos cuentan nuestras fuentes de información casi siempre bien informadas, está algo más que nervioso, tal vez porque cree que va a entrar dentro de la lista de indeseables a los que se les está acabando el chollo en algunas instituciones públicas de las que han vivido más que bien en los últimos años, a cuenta de las comisiones sin justificación. Le cuenta a los que tiene alrededor todo tipo de tonterías, de falaces mentiras, intentando mantener el estatus del adulón que siempre ha sido. Cree que el mundo le ha hecho así porque nadie le ha tratado con amor, pero se equivoca. Le dieron mucho más de lo que en realidad merecía, y como el Judas que es, pagó a quien le abrió la puerta de su casa con la peor de las puñaladas. ¡Ay, Mingo, sigues yendo por muy mal camino!

MINGO REVULGO ATACA DE NUEVO
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