jueves. 25.04.2024

Me entero este miércoles en la tele (no “por la tele”, que apenas veo, y mucho menos los mal llamados informativos, sean de un color u otro), por el aviso que me hace fuera de cámara un compañero de tertulia, de la rueda de prensa que ha venido a dar esta semana a su insostenible islita conejera Manuela Armas Rodríguez (Mela para los amigos y demás personas piadosas), esa mujer de la que me dicen que la tienen ejerciendo en el (des)gobierno regional de CC-PSOE de viceconsejera o nombrete similar de la poca Educación que va quedando en Canarias, donde los informes PISA (morena) concluyen que estamos a la cola de España, de Europa y de parte del extranjero en lo tocante a esa cosa extraña de la Enseñanza, si la hubiera o hubiese, favor por el cual te quedaremos eternamente agradecidos a los políticos y sindicatos chantajistas del ramo.

El compañero repara en que lo de menos son los cuentos que nos venga a contar doña Manuela, pues lo que cuenta es el escandaloso hecho de que siempre que viene a hablar en nombre de esa Consejería de Educación tiene ella la nula educación de hacerlo en la mismísima sede oficial del PSOE conejero que nos avergüenza a los socialistas que no le hemos sacado partido (económico) al Partido, precisamente porque nos tenemos por socialistas y no por arribistas, que era exactamente lo que llamaban a la señora Armas Rodríguez justo cuando aterrizó en el PSOE, después de abandonar las filas de CC y previo tanteo/tonteo con la muchachada de Alternativa Ciudadana, de la que pronto se dio cuenta de que eran unos “mataos” y que con ellos no acabaría presidiendo jamás un Cabildo y mucho menos viajando a China y por ahí afuera en viajes de placer a cuenta del bolsillo de todos los conejeros.

¿Da esas ruedas de prensa Manuela Armas en calidad de viceconsejera del Ejecutivo regional que se supone que nos representa incluso a los canarios que no votamos a nadie, o las da en calidad de militante sectaria del PSOE? ¿Qué pintan detrás de la protagonista de la rueda de prensa de marras las siglas partidistas? ¿Qué pase tiene eso? ¿Cómo podemos hacer caso a nada de lo que diga o prometa doña Manuela si detrás de ella tiene el cartel del reclamo de un voto o la propaganda de unas siglas? ¿Se ha perdido ya todo el decoro y el mínimo disimulo? ¿Dónde está la oposición (PP, PIL, Alternativa) que no abre la boca ante un espectáculo tan escandaloso? A Jesús Machín le preguntábamos en televisión, a bote pronto, qué le parecía la osadía y el sectarismo de doña Manuela y, pese a que su partido gobierna con el PSOE en el propio Ejecutivo regional (y en el Cabildo, y en Arrecife, y en San Bartolomé, y en Teguise, etcétera), no pudo evitar el festivo alcalde de Tinajo reconocer que le parecía peor que mal. Sólo faltaba que dijera lo contrario, claro. Lo injustificable no se puede justificar ni queriendo… ni mirando hacia otro lado.

En su día y momento me pilló fuera de Lanzarote (aunque juro que no estaba en China, donde no se me ha perdido nada) la designación oficial por segunda vez consecutiva de Manuela Armas como candidata del PSOE a la Presidencia del caótico Cabildo conejero. Pero no por estar lejos de la noticia cuando se produjo, en vísperas de las pasadas elecciones locales, dejé de reconocer que me parecía una muy buena nueva… para el resto de los partidos políticos. O sea, para todos sus rivales en aquella misma carrera electoral. Manuela era, en efecto, la candidata que el peor enemigo del PSOE elegiría para repetir en el mismo cargo en el que, cuando le tocó ejercer de presidenta, o no hizo nada, o lo poco que hizo lo hizo rematadamente mal, como es triste fama. Tampoco había que viajar a China para constatar esa evidencia. Aunque también es verdad, puestos a contarlo todo, que había un candidato del PSOE incluso mejor que Mela para los intereses del PP, CC, PIL, PNL y por ahí: el mismísimo Carlos Espino que viste y calza, más quemado que la cachimba de un indio, sobre todo después de que, como muchos barruntamos en su momento luego de leer los contundentes motivos de la querella presentada contra él, el juez tomase la decisión de investigar su más que turbia y oscura gestión como consejero de lo que iba quedando de los Centros Turísticos de Lanzarote. Una imputación judicial que, como saben, no le impidió acudir en las listas electorales del PSOE al Parlamento y obtener el mismo resultado que Manuela: fracaso rotundo, pocas veces antes visto en las filas del desnortado socialismo oficial lanzaroteño.

Cabe preguntarse que si ambos (Armas y Espino, Espino y Armas, tanto monta, pues los dos son conversos pijoprogres o traidores del nacionalismo iniciático del que proceden) son tan manifiestamente malos para el ejercicio político, como se ha demostrado de largo, ¿por qué siguen cobrando del dinero de todos los canarios? Servidumbres de la política, que está así de desacreditada ante los ojos incluso de los más ciegos. Los pactos obligan a tragar con un enchufado en un cargo que ni nombre tiene, aunque sí sueldazo (Carlos Espino), y con una maestra de escuela elevada a la categoría de viceconsejera de una Educación que luego le falta para no caer, reiteradamente, en el más descarado de los sectarismos y montarse periódicas ruedas de prensa donde confunde el cargo público con la carga partidista. Pero vayan ustedes a pedirles peras al olmo, duraznos a la rama de batatera o sensatez y decoro a esta jarca de jetas de la política-degradación, incapaces de ver más allá de las siglas de su partido/chollo. Mientras nadie les diga nada (ni desde la oposición ni desde el periodismo que se traga todo eso sin rechistar), seguirán haciendo y deshaciendo a su antojo. Ríase la gente y anden ellos calientes, que escribió el clásico.

(miguelangeldeleon.blogspot.com)

Manuela la arma (en la sede del PSOE)
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