viernes. 19.04.2024

Un día decidieron reunirse los altos gerifaltes de la Organización - manía esta de reunirse tan inmutable como el curso de los astros y tan inútil como la democracia de Fidel - con el fin de diseñar un programa de desarrollo y aprovechamiento del capital humano de la misma, que sirviese de una vez por todas.

A tal efecto se estudió cuidadosamente la nómina de los currantes y se llevo a cabo lo que era objeto y fin de aquella súper reunión o “mitin” de altos vuelos. Estudiaron exhaustivamente los organigramas de múltiples organizaciones foráneas y su metodología. Al final, tras mucho deliberar y haber gastado más de 1 millón de euros en comidas de trabajo y llamadas de móvil, llegaron a las conclusiones finales.

Decidieron que cada equipo de trabajo, del nivel que fuese, debería estar formado por tres currantes y ocho jefes. Que los puestos de alta dirección deberían contar además con 5 asesores, tres sub asesores y cinco secretarias muy, pero que muy políglotas. Naturalmente, los puestos del primer al tercer nivel deberían disfrutar de contratos súper blindados y muy, pero que muy millonarios. Motivación lo llamaron.

Los currantes deberían ser contratados basándose en personal eventual, con contratos basura, y seis meses de paro. Motivación lo llamaron.

Total que dicho y hecho. Se apresuraron a poner en práctica el plan tan cuidadosamente elaborado y se concedieron un plazo de tres meses de prueba para, una vez analizados los resultados prácticos, obrar en consecuencia.

Transcurrido el plazo indicado constataron con consternación que los resultados obtenidos estaban muy por debajo de las expectativas en un porcentaje que inhabilitaba por completo todo el sistema. Además, las pérdidas económicas eran casi escandalosas.

Vuelta otra vez a reunirse, a gastar millones en llamadas y medios whiskies con canapés de caviar gomero y a pensar y pensar. Decidieron que debían comenzar con una auditoria a fondo, para lo cual contrataron los servicios de una empresa extranjera al costo diario de doce mil de esos euros, cuyo redondeo hace que ahora una simple cañita de birra nos cueste un 66% más que antes. ¿Do fueron mis añoradas pesetitas?

Finalizada la auditoria y puestas en limpio las conclusiones de esta descubrieron la causa de todos los males: el bajo rendimiento de los currantes. Conclusión final: aumentaron el porcentaje de jefes y asesores, dejando el de aquellos en dos por sección. Acto seguido se felicitaron por su sapiencia organizativa y se fueron todos en amor y compañía a celebrarlo con un almuerzo en el mejor restaurante de la ciudad. The end.

P.D. Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia... pero menos.

Metodología organizativa; paga el Erario
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