jueves. 25.04.2024

Por Andrés Chaves

1.- Me emocioné el pasado viernes/noche viendo y escuchando en televisión a la modelo y presentadora de televisión portuense Miriam Reyes. Esta joven luchadora, una belleza fuera de lo común, que subió por sí misma la escalera de la fama en su profesión, sufre la enfermedad de Cushing, tumor o crecimiento excesivo de la hipófisis, una glándula que se localiza en la base del cerebro. Esta enfermedad tiene relación con el cortisol, la hormona del estrés, que se descontrola y se produce y libera en demasía, con un resultado de obesidad central, diabetes, depresión, acné, grasa en el cuello y hematomas por todo el cuerpo. Miriam, bellísima por dentro y por fuera, ha sido capaz de dar la batalla a la enfermedad, vencerla y acudir a televisión a contarlo. Dio todo un ejemplo de equilibrio, entereza, simpatía y dulzura. Se encuentra bien, no presenta secuela alguna de su dolencia y los médicos tratan ahora de localizar otro tumor, siquiera minúsculo, que libera aún en demasía la hormona del estrés y que le obliga a tomar cinco medicamentos diarios para combatirlo.

2.- Miriam es un encanto. Dos personas que la quieren, Estefanía Luyk y Marta Sánchez, le enviaron mensajes al programa. Ha sido su marido, Juan, quien la ha cuidado con mucha dedicación en estos meses realmente terribles y también su familia. Yo conozco desde hace años al padre de Miriam y sé de sus afanes por mantener a esta familia tan unida, luchando con denuedo porque su hija triunfara, primero, y ahora en los momentos difíciles, que llevan camino de superarse. La intervención de Miriam Reyes en Antena 3 fue reveladora. Se ha convertido en un símbolo para las personas que sufren la presión de una dolencia rara, de difícil detección y de tratamiento complicado.

3.- Miriam fue "casi" Miss España, pues Sofía Mazagatos le ganó por muy poquitos votos. Se convirtió más tarde en "chica Hermida ", dentro de esos apelativos a los que son tan aficionadas las gentes de la tele, pero siempre demostró su personalidad, su simpatía y su afán por aprender. Habla muy bien, se desenvuelve con soltura ante las cámaras y desprende ternura y espontaneidad en un medio muy difícil. Ojalá se recupere, ojalá esa sonrisa de que hizo gala el otro día no se borre más de su rostro y ojalá que vuelva a la televisión para triunfar definitivamente. Me ha encantado verla. Un beso, amiga.

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Miriam Reyes
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