jueves. 18.04.2024

Hay algunos que piensan que en el amor, en la guerra y en la política valen todas

las armas que tenemos a nuestro alcance con el fin de lograr los objetivos que nos

hemos propuesto.

Para muchos, el fin justifica los medios, sea cual sea el fin e independientemente de

los medios de los que dispongamos para lograrlo.

En el amor, vale casi todo para lograr que la persona que amas esté siempre a tu

lado. Todo menos hacerla daño de la forma que sea. Y formas de hacerla daño hay

muchas, todos nos hemos equivocado alguna vez y yo seguramente muchas mas

de las deseables. Si salvamos eso, cualquiera de las otras armas de las que

tengamos a nuestro alcance son validas para ese objetivo.

En la guerra, lo único que vale es defenderse cuando te atacan y no a cualquier

precio. Si tu enemigo utiliza a inocentes para ganar esa guerra, es mejor perderla

que hacer lo mismo.

Y en política el único arma que no vale es el de considerar que el ciudadano es tan

absolutamente ignorante que va a aceptar cualquier decisión que venga de los que

nos gobiernan, bajo la consabida premisa de que las situaciones hay que

solventarlas de la forma que sea por el bien del pueblo.

¿Cuantas veces, después de que se produzca una crisis en una institución, hemos

oído a los políticos decir eso de “este partido ha nacido y se ha presentado a unas

elecciones con la voluntad de gobernar y por ese mandato tenemos que hacer lo

que sea para devolver la estabilidad al gobierno”.

Con esta máxima, que no deja de tener su lógica, el político implicado en una

situación de desgobierno justifica cualquier decisión que, sobre el futuro de la

institución y consecuentemente de los ciudadanos, va a tomar a corto o medio

plazo.

En Lanzarote estamos demasiado acostumbrados a que los políticos firmen pactos

contra natura haciéndose eco de esa afirmación. Pero se equivocan desde el

principio.

Si en el Cabildo de Lanzarote Coalición Canaria se encarga, ella sólita, de

desestabilizar la institución, esta situación ¿legitima a los demás a echarlos del

gobierno de la Isla haciendo encaje de bolillos y pasando muy por encima de la

opinión del pueblo y, lo que es mas grave, insultando con determinados pactos la

inteligencia de los gobernados?Soy de los que piensa que gobernar es un ejercicio de responsabilidad lo

suficientemente importante como para tomárselo muy en serio. Soy de los que

piensa que para corregir determinadas actitudes no se pueden tomar decisiones

que van en contra de la moralidad, la ética y la decencia de los ciudadanos que en

su día hicimos el esfuerzo de ir a depositar nuestra confianza en personas a las que

considerábamos validas para dirigir nuestros destinos.

El hecho de que Coalición Canaria consiga desestabilizar el Cabildo como

consecuencia de una profunda incompetencia política y de una forma

absolutamente dictatorial y despótica de presidir la primera institución insular, no

es óbice para que los partidos de la oposición se lancen a una desenfrenada carrera

por pactar a costa de lo que sea.

Se que lo que digo va a provocar que a más de alguno le salgan ronchas cuando

lean esto. Pero sinceramente, prefiero las ronchas del político que la inflamación

mental que estos pactos le producen al ciudadano.

Los pactos que se pueden dar para recuperar la “estabilidad” cabildicia pasan

inexorablemente por acuerdos absolutamente esperpénticos, no porque lo diga yo,

sino por lo que en el pasado han hecho los que ahora podrían suscribirlos.

Hay varias posibilidades para lograr el timón del Cabildo.

El primero es que se mantenga el actual pacto CC-PSOE, con el inconveniente de

que en estos momentos, debido a la situación de los dos consejeros díscolos de

CC, está en el aire su mayoría. Si la situación no se reconduce, este pacto tiene

poco futuro ya que la mayoría estaría en el otro lado del banco plenario y ya se

encargarían ellos de poner la presidencia del Cabildo en una situación difícilmente

asumible por muchas razones.

El segundo es un posible acuerdo CC-PP. Seria el lógico después de que eso fuera

precisamente lo que decidieron los ciudadanos cuando fueron a votar. Pero aquí

nos encontramos con dos cuestiones: O CC cede o el PP se pliega con tal de tocar

poder. Yo no veo ni una cosa ni la otra, lo primero porque Pedro San Gines tendría

que hacer una de dos, o dimite o acepta que no va a ser la única estrella del

firmamento insular y conociéndole, cualquiera de las dos opciones son malas para

el. Y lo segundo porque no veo a Astrid Pérez actuando como una convidada de

piedra sin demostrar lo que ella dice que vale. Este pacto solo seria viable si dimite

el Presidente. Y por otra parte, el PP entraría en la Institución como un elefante en

una cristalería, como no podría ser de otra forma.

El tercero sería un acuerdo a tres bandas entre el PP, el PSOE y el PIL. Y este pacto

si que seria un autentico insulto para la inteligencia ciudadana. No por el PP y el PIL precisamente, sino porque el PSOE demostraría que, con tal de sentarse en los

sillones nobles del anfiteatro cabildicio y mantener los sueldazos preceptivos, es

capaz de aliarse con quien haga falta, en este caso con el partido que esta

arruinando a los sufridos trabajadores españoles, con el partido que esta

imponiendo una educación y una sanidad apta solo para ricos y con el partido que,

en resumidas cuentas, no ha sabido administrar el estado del bienestar que nos

dejaron ellos cuando ZP era el capitán del barco. Y por no hablar de pactar con un

grupo de personas, el PIL, que se han asociado para delinquir políticamente bajo el

mandato del único culpable de todos los males de la Isla. Tanto el pensamiento

sobre el PP como el del PIL, son razonamientos patrimonio exclusivo de los

socialistas. El PSOE se ha encargado de colocar cargas de profundidad en las

bases políticas insulares que hacen que cualquier pacto sea una aberración publica

por mucho que alguno pueda intentar justificar este posible acuerdo.

Y hay otra posibilidad que yo no contemplo por cuestiones demasiado

evidentes:PP-PIL-AC-DNA (Dos No Adscritos). Este pacto es tan imposible de llevar

a cabo como que la Iglesia Católica admita la poligamia como forma de hacer mas

feliz al hombre.

Podría estar escribiendo mucho mas porque el tema da de si todo lo que a uno se le

ocurra, pero con esto lo que quiero reflejar es que, en la situación actual de la

primera institución insular, la crisis no la hemos causado los ciudadanos, cualquier

pacto que se haga es complicado y alguno hasta nefasto y que en consecuencia, en

la política, como en el amor y en la guerra, no todo vale.

Pero no se preocupen que como en Lanzarote todo es posible, al final se hará un

pacto a la cospedal, justificando lo injustificable.

Para gobernar, ¿vale todo?
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