sábado. 20.04.2024

Fotos: Anabel Navarro

El último incendio en el vertedero de Zonzamas, sucedido esta semana, aviva el debate sobre la necesidad de cerrarlo. Organizaciones políticas y grupos ecologistas se han casado de denunciar el tratamiento que allí se le da a los residuos, incluso, aseverando que Zonzamas, que cumple 30 años en 2008, se ha convertido en una zona acotada en la que simplemente se entierran los desechos y que de complejo medioambiental tiene poco o nada. El ex consejero del Cabildo y miembro de El Guincho, Pedro Hernández, asegura que Zonzamas emana gases tóxicos a diario, que dependiendo de la dirección del viento son más o menos perceptibles, pero la contaminación es constante desde hace siete años. Hernández destaca que quienes han gobernando la Isla y han tenido la responsabilidad del tratamiento de los residuos nunca se preocuparon por medir la calidad de dichos gases.

Falta de medición

Según su relato, se hizo “una pequeña” medición en el año 2003 y en sólo un día se comprobó la peligrosidad que representan para la salud pública. Los gases viajan al vaivén del viento hacia Arrecife, Tahíche o San Bartolomé, aunque pueblos como Mozaga, Tao y Muñique también los soportan. Los núcleos de más de 50.000 habitantes están obligados a tener estaciones medidoras de la calidad de los gases, y, a pesar de una moción presentada por Hernández en el Cabildo, aprobada en septiembre de 2004, en la que se instaba a la instalación de una estación en la capital de la Isla, a día de hoy todavía no se ha encontrado un lugar para hacerlo, según Hernández, por pura incapacidad de los dirigentes. “Las afecciones respiratorias en Arrecife son superiores que en cualquier otro núcleo de población de las Islas”. A parte de la contaminación por gases, hay que añadir la producida por los incendios en el vertedero, que dejan partículas en suspensión. “Sólo los incapaces o los ignorantes pueden decir que eso no afecta a la salud de los ciudadanos”.

Otros factores

Como si fuese poco, Hernández también alerta sobre la instalación de un horno crematorio para animales y la contaminación que producirá cuando empiece a funcionar. Cabe recordar que el barrio Argana Alta de Arrecife está a escasos 2 kilómetros de distancia del vertedero de Zonzamas. “Y a todo esto hay que agregarle las partículas que se desprenden de las obras de Arrecife porque los gobernantes no hacen cumplir las normativas de seguridad en el trabajo”, destaca Hernández, refiriéndose a que en muchas obras ni siquiera se riega la tierra para evitar que al hacer movimientos con ella se creen y expandan nubes de polvo. A Hernández le parece irresponsable que el Cabildo haya emitido una declaración negando el peligro que para los ciudadanos representa la emanación de gases. “Tenemos que reconocer que todos hemos fracasado en la gestión de los residuos y tenemos un gravísimo problema en Lanzarote”.

Leal, uno de los gestores

El socialista Miguel Ángel Leal fue uno de los responsables políticos de la gestión de los residuos de la Isla en el pasado reciente. Según dice, “cuando yo estaba, el vertedero no ardía”. Leal admite que desde un principio ni las inversiones en Zonzamas fueron suficientes ni se consideró el crecimiento poblacional de Lanzarote. En promedio, cada persona produce 2 kilos de basura diarios en la Isla. Leal separa el funcionamiento de la planta del vertedero, donde se entierra la basura considerando que no se clasifica en origen todo lo que se pudiera. Para Leal, la solución inmediata sería “poner a funcionar las líneas de biometanización y, aunque no se aproveche el gas, tener una chimenea controlada”.

Plantas de biometanización

La basura recibida en estas instalaciones se clasifica dependiendo de su destino: Una parte se reutiliza, con otra parte se hace compost y una tercera sirve para generar electricidad. En este último caso, el proceso es el siguiente: La basura orgánica se mezcla con agua y arena, formando una especie de caldo. Posteriormente, se inicia el proceso de metanización. Se provoca una fermentación anaerobia mediante unos bacilos, lo que acelera la producción de gas metano, que será quemado en unos potentes motores para producir energía. Para producir el compost, el "caldo" se mezcla en este caso con fracciones vegetales como restos de poda y ramas. Finalmente, el resto no utilizado irá al vertedero. Para evitar los malos olores y residuos contaminantes, se cuenta con unos biofiltros que filtran los gases. Asimismo, el agua se trata de forma biológica, con lo que se obtiene agua reutilizable.

Pedro Hernández alerta sobre la emanación diaria de gases tóxicos en Zonzamas
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