viernes. 29.03.2024

Por José Manuel Soria

El PP de Canarias ha dado por finalizado el pacto de gobierno iniciado con CC en julio de 2007. Un pacto que ha funcionado razonablemente bien. Y, además, en medio de dificultades económicas extraordinarias. Han sido años intensos y difíciles. Pero hemos hecho lo que se debe hacer en tiempos de crisis. Hemos recortado el gasto público, sin disminuir los servicios esenciales. Y cuando los tiempos aún lo permitían, disminuimos los impuestos. Y, más tarde, evitamos subirlos.

Hemos hecho una infatigable labor por mejorar las condiciones de la agricultura, de la ganadería y de la pesca en Canarias. Promovimos las islas como destino inigualable potenciando lo más apreciado que tenemos, nuestra gente, nuestro clima y nuestras playas. Ya el turismo se va recuperando. Y disminuimos, como nunca antes, las listas de espera de la sanidad. Hemos cumplido.

Estoy orgulloso de la tarea que han llevado a cabo mis tres compañeras del PP en sus responsabilidades del Gobierno. Ellas y sus equipos respectivos. Han trabajado por Canarias. Y lo han hecho bien. No tengo palabras para expresarles gratitud y reconocimiento.

Pero me he sentido igualmente bien con tod@s mis compañer@s de gobierno de CC. Personas a las que ya conocía, pero a las que he tenido ocasión de tratar con más profundidad y constatar su calidad humana. Y he descubierto, por encima de diferencias políticas, personas trabajadoras y comprometidas con su desempeño. He aprendido de tod@s ell@s. Por eso también a ell@s quiero expresarles mi gratitud.

Tod@s en el Gobierno hemos trabajado para minimizar el impacto de la crisis en las Islas, dentro de lo que son las competencias de la Comunidad Autónoma. Durante esta legislatura el Gobierno de Canarias habrá gastado algo más de mil millones de euros en políticas activas de empleo. Esas dirigidas a mejorar la formación para combatir el paro.

Sin embargo, el desempleo en Canarias se ha doblado desde 2007 hasta ahora. Y no por deficiencias en la gestión de esas políticas. El paro aumenta en Canarias porque no hay crecimiento económico. Y no hay crecimiento económico porque se ha desplomado el consumo de las familias y la inversión de las empresas. Y no hay consumo porque la gente no tiene dinero. Y no hay inversión porque las empresas no tienen crédito. Y no hay dinero ni crédito, porque la política económica del Gobierno de España ha sido profundamente desacertada. Y esa política económica se expresa en los presupuestos generales de cada año.

Esos presupuestos para 2011 reconocen que el paro no se reconducirá en España. Tampoco en Canarias donde, la dependencia del turismo, hace que el desempleo sea porcentualmente el más elevado del país. Razón por la cual estos presupuestos no colaboran a encauzar el problema más importante de Canarias: el elevado desempleo y sus estragos sobre las personas que lo padecen, sobre sus familias y sobre sus anhelos y sus legítimas aspiraciones profesionales. Un auténtico drama. El verdadero drama.

Y la responsabilidad de tales presupuestos no es sólo de quien los elabora. También son responsables quienes los apoyan. Porque ese apoyo prolonga la agonía de la economía española. También de la canaria. Y si, además de todo ello, resulta que -a cambio de tal apoyo- Canarias queda aún peor que antes, es evidente que Canarias sale perdiendo doblemente: porque no se resuelve el desempleo, y porque además se nos reducen las inversiones del Estado. Porque lo que todos los canarios deben saber es que para el año 2011, el Estado va a invertir en las Islas, 216 millones de euros menos que en 2010.

A todo ello hay que añadir el incumplimiento masivo del llamado Plan Canarias. Un compromiso solemne del presidente Zapatero, en el Consejo de Ministros de octubre de 2009, en Las Palmas de Gran Canaria. Veinticinco mil millones adicionales de inversión en diez años. A dos mil quinientos millones por año. De los cuales en este primer año 2010 han venido 43,5 millones y para 2011, lo dicho, 216 millones menos.

El presidente del Gobierno de Canarias es muy libre de seguir apoyando la política económica de Zapatero. Creo que es un error, político y personal. Pero está en su derecho. Por eso no podemos seguir en un Gobierno apoyando a un presidente que apoya políticas nocivas para Canarias por sus efectos sobre el empleo. Y además, a cambio de nada. Por todo ello, nos vamos.

Es verdad que dejar el "sillón" no suele ser habitual en la política, en los políticos, ni en los partidos. Pero creo que ya va siendo hora de que todos los partidos, al margen de colores, demos señales a la sociedad de que estamos dispuestos a cambiar hábitos. Que estamos dispuestos a modificar actitudes. Que no todo en política puede ni debe ser aferrarse al poder. Quizás así podamos empezar a dejar de ser un problema para la sociedad. Quizás así pueda iniciarse la necesaria reconciliación entre política y ciudadanos. Tal vez de tal modo, la política recupere la confianza de la que tan falta está. También por eso nos vamos.

Por qué nos vamos
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