-¿Cómo está?
-Pues leyendo el periódico.
-¿Y qué lee en el periódico?
-Todo esto de los inmigrantes.
-Si, es terrible.
-Tremendo, si.
-¿No ha habido cierta pasividad por parte de los diferentes Ejecutivos con respecto a este asunto?
-No, lo que pasa es que plantea un problema tremendo regularizarlo. Todos queremos que haya inmigrantes porque necesitamos inmigrantes para mantener los puestos de trabajo que no se cubren con la gente de aquí. Como se sabe hay trabajos que no les gusta a la gente de aquí y no van nunca a cubrirlos y hace falta que estén cubiertos. Entonces lo mismo aquí que en Alemania o en Escandinavia hay que utilizar a los inmigrantes para mantener el bienestar que tenemos nosotros. La cuestión es que hasta ahora siempre la inmigración o la emigración, recuérdese la España de los años 60 cuando se iba a Francia o Alemania , siempre que se llegaba a estos países había un instituto de empleo o un instituto federal, en el caso de Alemania, sin embargo si uno trata de trasladar eso al continente africano, qué podemos esperar. No hay organización de Estados sino que hay una situación en algunos aspectos tribales. Entonces con quién negocia la Unión Europea, el Estado español.
-Usted fue uno de los primeros que hizo contactos en África, porque a partir de ahí no se ha hecho nada.
-Desde el 84.
-Hoy (ayer para el lector) es cuando el Gobierno ha decidido poner en marcha un Plan África con el que se intenta solventar la actual situación.
-Yo se lo recordé a los míos hace unos meses, que yo asistí en Lanzarote en un hotel de Teguise a unas jornadas organizadas por la Unión Europea y vino el entonces ministro de Asuntos Exteriores Piqué, del PP, quien prometió allí mismo Plan África, porque decía que en los próximos años, -estamos hablando del año 2001 aproximadamente-, se crearían embajadas. Porque claro se han creado embajadas en Asia y no se ha hecho en África. ¿Por qué? Pues porque parece que allí hay mejores mercados y que las empresas españolas necesitan tener allí sus cónsules y embajadores y se olvidan de la necesidad de esta presente en la costa africana. Y entonces qué, si se tienen embajadas se tienen servicios de información, se tiene posibilidades de condicionar, penetrar y filtrarse en todas las organizaciones que trabajan con los inmigrantes y se puede informar, se pueden adoptar medidas y la cooperación puede funcionar mucho mejor. ¿Cómo es posible que se diga ahora que bajan dos embajadores a visitar no sé cuántos países africanos con unos papeles en la mano. Pero si allí luego no se queda nadie.
-¿Pero no se ha dilatado mucho esto en el tiempo?
-Claro que se ha dilatado, se ha perdido tiempo.
-Porque luego nos encontramos con el delegado de Gobierno, José Segura, que intenta minimizar el asunto.
-Es necesario modificar la ley.
-Sin embargo, no se puede decir como respuesta a la realidad que no hay barcos nodriza cuando la vicepresidenta del Gobierno central ha dicho que si, o que hay que traer con ferrys a los numerosos inmigrantes que están esperando en las costas africanas para inmigra a Canarias y regularizarlos.
-Eso es un disparate.
-Y después se dice que los diputados canarios apoyan decididamente estas medidas.
-No, qué va, estamos locos. Sería un desvarío de otros tantos. El problema está en primer lugar en el procedimiento de devolución. Tenemos un sistema legislativo que significa que para devolver a un inmigrante que llega sin papeles hace falta un expediente que tarda un año aproximadamente en tramitarse. ¿Por qué? Pues porque tiene que intervenir el abogado de oficio, recurre, etc..
-Pero es que Europa tampoco ha ayudado nada.
-Nada. La primera vez que Europa habló del tema de la inmigración fue en el Consejo Europeo, es decir el consejo de los jefes de gobierno de los entonces 15 en Finlandia. Allí hubo una declaración donde se leyó un párrafo que se citó mucho cuando discutimos la Ley de Extranjería, que es la que regula estas cuestiones desde el año 2000. Pues ni con eso se ha resuelto el problema. Se ha resuelto más o menos con las entradas en los puestos fronterizos que hay en los aeropuertos, pero lo que no preveía la ley es que las costas y las fronteras son imposibles de controlar. Habrá que buscar un sistema legal que permite prolongar la estancia en los centros de aislamiento.
-Por otro lado, salió por fin al ruedo político su amigo Lorenzo Olarte.
-Si, si.
-¿El ejemplo de Lorenzo Olarte lo anima a usted a salir también al ruedo político?
-A mi ni me anima ni me desanima. Me parece admirable que tenga la capacidad y el coraje de hacerlo.
-¿Pero usted tampoco ha estado desconectado de la realidad política?
-No, no. Yo soy presidente del partido a nivel canario y siempre leo todas las noticias de los periódicos. Hay gente que sólo va a las páginas de cultura, deportes y poco más, incluso algunos que están sentados en escaños parlamentarios. Yo no.
-¿Desde su punto de vista cómo está Canarias?
-Parada. Se vive un momento de incertidumbre que se ha ido generalizando y a eso han contribuido también problemas específicos que no se han resuelto. Por ejemplo el tema de la división empresarial que hay en la isla de Gran Canaria y Gran Canaria es una isla que funciona o irradia problemas a las demás islas. Y yo creo que no está funcionando.
