jueves. 28.03.2024

Sumar voluntades en la consecución de fines comunes es el objetivo de cualquier fuerza política que aspire a gestionar colectivamente el futuro de sus ciudadanos. Una aspiración que requiere altura, responsabilidad y la capacidad de dialogar y consensuar proyectos con partidos con otra visión política.

Estas elecciones se celebran en un escenario nuevo en el que la ciudadanía reclama respuestas nuevas. Un escenario en el que no tienen cabida los personalismos sino aquellos proyectos que apuesten abiertamente por trazar retos comunes en los que las diferencias no sean un obstáculo para alcanzar una meta colectiva.

En tiempos de cambio, como el que ahora afrontamos, en el que seguimos luchando contra la crisis, es necesario realizar un diagnóstico y afrontar los problemas, sin rehuir las dificultades, sin ambigüedades, y tomar decisiones pensando en el futuro de nuestra tierra, y no en las aspiraciones de las distintas fuerzas políticas.

Nosotros tenemos un solo objetivo: Canarias. Es nuestra prioridad. No creemos en el bloqueo de los Parlamentos ni seremos cómplices de aquellos que no están dispuestos a dialogar con otras fuerzas políticas debido a que tienen la vista puesta en futuros procesos electorales, como el que se celebrará a finales de 2015.

Canarias es un territorio que ha sufrido las consecuencias de Gobiernos del Estado que no han legislado ni gobernando teniendo en cuenta nuestras singularidades, pero que contiene muchas potencialidades y ofrece muchas oportunidades para ofrecer un futuro esperanzador no solo a sus ciudadanos sino a los territorios a los que estamos vinculados política y geográficamente.

Tenemos que ser capaces de promover una agenda de transformación social incluyente, que permita, a través del diálogo y la búsqueda de metas compartidas, la creación de oportunidades en un territorio que reivindica explorar todas sus capacidades para ofrecer empleo y un futuro esperanzador a sus ciudadanos.

Un objetivo que requiere liderazgo y vocación de diálogo, pero que exige también tener una visión clara sobre lo que pretendemos y hacia dónde queremos llegar. Un reto que, en la etapa que ahora vivimos, pasa por la reconciliación de la ciudadanía con la política, reforzando el papel de los canarios y canarias como parte activa en el diseño de las políticas de futuro, y no como simples espectadores.

La política debe convertirse en Canarias en una gran conversación entre los ciudadanos y sus representantes, en una conversación permanente, y no solo en periodo electoral. Tenemos ante nosotros el reto de generar un nuevo sueño a través de un proyecto de futuro que ofrezca respuestas a quienes residen en las Islas y una salida que facilite el retorno de aquellos que emigraron.

Sin debate, no hay política. Y frente a aquellos que se niegan a dialogar, incluso antes de que los ciudadanos se pronuncien en las urnas, nosotros ofrecemos una comunicación constante con los sectores económicos y sociales, con la ciudadanía, con los jóvenes, con los emprendedores y con todas aquellas personas que estén dispuestas a aportar sus ideas para que el proyecto que nos une a todos, que es Canarias, sea más próspero, más fuerte, más igualitario y represente una oportunidad para todos.

En definitiva, creernos que el futuro es algo que se puede decidir juntos. Todo dependerá de nuestras decisiones y compromisos. Sin generar falsas expectativas, ni recetas mágicas ni promesas que terminarán chocando con la propia realidad. Tan solo asumiendo como acuerdo previo la voluntad de sumar voluntades para crecer juntos.

Cuando las horas decisivas han pasado, es inútil correr para alcanzarlas (Sófocles)

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