viernes. 19.04.2024

Por Cándido Marquesán Millán

La mujer comenzó su liberación, en el momento de su incorporación al mundo del trabajo fuera de casa, que le permitió alcanzar la independencia económica. Mas lo cierto es que hoy a muchas mujeres les resulta todavía muy complejo el compaginar ambos trabajos: el de casa y el de fuera. Poco a poco muchos de sus compañeros, de las generaciones jóvenes, las ayudan ya en las tareas domésticas, aunque lo deseable sería el compartirlas. Por ello el mayor peso sigue recayendo todavía sobre las mujeres. Muchas son auténticas heroínas. Mas no quiero referirme a este tema del trabajo femenino, sino a otro colateral, que me parece muy importante y del que paso a hablar a continuación.

Determinados medios de comunicación se han referido recientemente al informe Desigualdad de género, crecimiento y envejecimiento global, elaborado por el banco de inversión estadounidense, Goldman Sachs, según el cual si se impulsara el empleo femenino en España, alcanzando la igualdad total en el empleo entre los hombres y las mujeres, podría aumentar significativamente el Producto Interior Bruto (PIB) en un 19%; el de EEUU, Francia y Alemania, un 9%; el de la Eurozona, un 13%; y el de Suecia, tan sólo un 3%. Sólo Italia saldría más beneficiada que España, al elevar su PIB un 21%.

Estos datos del informe no son los únicos que nos pueden sorprender. Puestos a romper moldes, los analistas han comprobado que si se potencia el trabajo femenino se impulsa la fertilidad, totalmente en contra de la creencia general. Tal afirmación es cierta, siempre y cuando se pueda compatibilizar la vida laboral con la familiar. “Cuando las mujeres deben elegir entre trabajar y tener hijos, sufren tanto las tasas de natalidad como las del empleo”, señala el informe del banco norteamericano. En todos aquellos países que es posible conciliar ambas actividades, como Noruega, Islandia, Dinamarca, Finlandia y Suecia, ambas tasas no se resienten.

Por otra parte, el aumento del empleo femenino podría servir para solucionar el problema del sostenimiento del sistema de pensiones; tanto como contribuyentes al Estado del Bienestar y como potenciadoras de la natalidad. Algo que no debe caer en el olvido, si tenemos en cuenta el problema demográfico que se vislumbra en un futuro cercano, ya que en el año 2050 el porcentaje de mayores de 60 años superará al de los niños.

Continúa el informe indicando que el futuro económico del mundo se escribirá en clave femenina, por lo que insta a que los Gobiernos se olviden de todas las recetas clásicas estudiadas en las Facultades de Económicas. La incorporación de las mujeres al mundo del trabajo ha sido el factor más importante del éxito del mercado laboral en la zona del euro, más que cualquier otra reforma convencional del mundo laboral.

Si tenemos en cuenta que los ministros de Economía tienen serias dudas de cómo se puede incrementar el PIB de sus países respectivos, no deberían caer en saco roto las recomendaciones del Goldman Sachs.

Deberían hacerse reformas de los impuestos, ya que actualmente hacer la declaración de la renta en pareja entorpece la incorporación de la mujer al mundo del trabajo. De acuerdo con la OCDE, el impuesto al segundo asalariado del hogar es 1,4 veces superior al del cabeza de familia. En Suecia no existe discriminación a la hora de pagar impuestos. En España e Italia se 1,6 veces más.

También la igualdad debería radicar en la edad de jubilación. No tiene sentido alguno que si la edad media de vida de los hombres es menor que la de las mujeres, tengan que retirarse más tarde, como está sucediendo en Alemania, Italia o el Reino Unido.

Otra receta fundamental que deberían aplicar los gobiernos si quieren fomentar el empleo femenino es la de aumentar los subsidios para el cuidado de los hijos. Estas ayudas disparan el empleo femenino. Debemos mirar como paradigma los países nórdicos. En Dinamarca los subsidios para el cuidado de los niños suponen el 2,7% del PIB y en Suecia es el 1,9%. Nuestro país sólo dedica el 0,4% de su PIB.

España, aunque muy retrasada en la tasa del empleo femenino, parece que va en la buena dirección, según el mentado informe, ya que los índices de participación femenina entra las veinteañeras son superiores que en Estados Unidos. En definitiva, parece contundente que uno de los factores claves para crecer económicamente es el aumento del empleo femenino. No obstante, según el London School of Economics: cerrar la brecha de géneros va para largo, como mínimo se necesitarán alrededor de 150 años.

Mas no sólo están interesados los países en borrar las desigualdades de género en el mundo del trabajo. Hay empresas cuyo éxito depende en buena parte de que las mujeres se incorporen al mundo laboral y así podrán incrementar su poder adquisitivo. El Goldman Sachs lo ha denominado “The Power of Purse, el Poder del Monedero, y lo ha puesto a cotizar en bolsa. Ha creado el índice Woman 30, que incluye 30 empresas que venden productos para las mujeres. Entre ellas están: Adolfo Domínguez, Avon Products, Benesse, Bulgari, Burberry Group, Cristian Dior, Claires Stores, Clarins, Coach, Elizabet Arden, Escada, Esprit Holdings, Estee Lauder, Etam Developement..... El comportamiento de estas empresas ha sido muy bueno en Europa, donde más se ha avanzado en eliminar las desigualdades entre géneros. Otras empresas no incluidas en el “Women 30”, se están dando cuenta ya del poder de compra femenino. Los expertos en marketing recomiendan estar atentos a ese poder del monedero. Las mujeres trabajan fuera de la casa y cobran menos que los hombres, mas lo cierto parece ser que del 80% de las compras las responsables son las mujeres.

Trabajo femenino para crecer
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