viernes. 29.03.2024

Las fiestas de San Juan finalizan sin tener que lamentar ningún incidente relacionado con el fuego o los excesos. Este feliz recuento de la noche es responsabilidad de los cientos de lanzaroteños que se dieron cita en las playas y descampados de la Isla en la noche del sábado para celebrar esta fiesta alrededor del fuego, sin perder ninguna de sus costumbres, pero tomando las medidas de precaución oportunas.

Las precauciones y la cautela de los que decidieron prender una hoguera por San Juan fue la clave de la tranquilidad con la que desarrolló esta fiesta, pero por si las normas de precaución no hubiesen calado en la población, Cruz Roja y ONG Emergencias y Rescate Lanzarote (Emerlan) y todos los dispositivos de asistencia médica se mantuvieron alerta el sábado por la noche por si la combinación del viento y el fuego jugaba malas pasadas.

Aunque se preveía que las rachas de viento complicasen la noche, finalmente el tiempo acompañó y los servicios de emergencia confirmaban después del fin de semana que se vivió una jornada tranquila en la que los sanjuaneros no les dieron más trabajo del habitual.

Los ayuntamientos también reforzaron las medidas de seguridad y publicaron algunos consejos para que todos pudiesen disfrutar de las tradiciones de esta noche con total tranquilidad.

Todas las precauciones y avisos funcionaron y las familias y amigos se reunieron alrededor del fuego siguiendo unas simples medidas que permitieron no lamentar ningún incidente.

Por municipios

El litoral de la Isla se convirtió en la noche del pasado sábado en un reguero de antorchas alrededor de las que se reunieron familias y amigos. Desde el atardecer los grupos se fueron apostando en los espacios abiertos de la costa para hacerse con un buen sitio en el que celebrar los asaderos y fiestas en torno al fuego.

A las doce la actividad se paró por un momento para prender las hogueras, en las que ardieron muebles, palés, maderas y cartones. Con este gesto culminaba la primera parte de los festejos de la tradicional noche de San Juan.

Desde el atardecer, la preparación de las hogueras y de los asaderos ocupó casi toda la actividad de los festejos particulares, pero algunos ayuntamientos quisieron celebrar este día de forma conjunta con asociaciones y colectivos ciudadanos en un acto público.

Es el caso de San Bartolomé en donde la colaboración entre el Consistorio y grupos ciudadanos dio como resultado un espectacular festejo en las calles de Playa Honda.

El pasacalle comenzó en la plaza Loro Verde, desde donde partió un numeroso grupo de vecinos al compás de la batucada Son de Ajei. Esta agrupación de percusión fue la encargada de pone el ritmo al recorrido que danzó por toda la avenida de Playa Honda hasta la explanada de Guacimeta. En este punto cerró el trayecto otra batucada, en este caso la formada por la asociación de uruguayos Jacinto Vera, justo antes de la gran quema de la hoguera.

Todos los niños y jóvenes del municipio participaron en esta fiesta, en la que colaboraron activamente aportando el movimiento al pasacalle con los juegos, las coreografías y las actuaciones que habían preparado. Al llegar a la explanada recibió a la comitiva otro grupo de jóvenes del municipio, que ofreció una actuación de danza para el numeroso público que se reunió en este punto de encuentro presidido por una enorme estructura en forma de volcán. Con esta forma habían moldeado los participantes de esta fiesta la estructura de la hoguera, en la que se incluyeron todo tipo de materiales y elementos decorativos.

Entre los más llamativos, destacaron los mechones confeccionados a modo de portavelas por los niños de la ludoteca infantil, que también celebraron la fiesta de San Juan.

Y es que Playa Honda es una de las localidades preferidas por los lanzaroteños para celebrar esta fiesta, que se divide entre esta zona costera y las de Arrecife y Costa Teguise. Por su puesto, se sigue también en Haría, en donde están en plena celebración de las Fiestas en honor a este santo y en la localidad de Soo, que también tiene a San Juan como patrón.

En las playas como la de Caleta Caballo, Caleta Famara, o Playa Bastián, se unieron multitud de hogueras, alrededor de las que se apostaron grupos de amigos y familias enteras para celebrar San Juan.

Lo mismo ocurría en Arrecife, en donde durante el sábado fueron creciendo las montañas de maderas en los descampados y solares, en donde se elevaron por la noche inmensas llamas en honor a este santo y al comienzo de la época estival.

Siguiendo las tradiciones

Ya con el estómago lleno, y en el fervor de la fiesta, las primeras llamas comenzaron a prenderse a eso de las 00:00 horas, comenzando así el tiempo de los ritos y costumbre relacionados con la superstición y la purificación.

El mar y el paisaje volcánico conforman un entorno perfecto para la celebración de estas fiestas. El fuego se ha relacionado siempre y en todo el mundo, incluso antes de celebrarlas en honor a San Juan, con la purificación, la fecundidad, el alejamiento de males y el cambio a una época de bonanzas protagonizadas por el buen tiempo de la época estival, que comienza con el solsticio el día 21.

De estas creencias surgen costumbres que muchos lanzaroteños repitieron un año más para renovar propósitos y dejar atrás males y preocupaciones. Con este fin se quemaron listas de hábitos que se quieren perder, aptitudes y errores que olvidar, y con este mismo fin se enterraron en la orilla o se echaron al mar los buenos propósitos y deseos que se esperan del verano.

Algunos saltaron tres veces sobre las brasas para llamar a la buena suerte y la mayoría se bañó en el agua purificadora del alma en la que muchos aseguran que se convierte el mar en esta noche.

Las mujeres de la Asociación Tiemar recogieron algunas de estas costumbres para ponerlas en práctica en Playa Honda con su particular “bañito de los deseos” animando a participar a todos los vecinos en esta saludable costumbre.

En definitiva, hoy todo sigue girando alrededor de estas peticiones y tradiciones y la gente sale a la calle para hacer fuego y darse baños nocturnos en el mar, pero sobre todo, es un día para la celebración y la diversión en el que los lanzaroteños se reúnen con familiares y amigos para pasar un buen rato.

Un San Juan ejemplar
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