jueves. 18.04.2024

Por Mare Cabrera

Mientras el cristianismo era perseguido en Roma, un sacerdote casaba a las parejas por este rito en secreto y bajo la presión de recibir castigo severo en caso de ser descubierto. De hecho, como después ocurriría, fue ejecutado un 14 de febrero, fecha que más tarde aprovecharían las grandes marcas comerciales para instaurar un día en el que consumir (digo, regalar) un detalle a la persona elegida por nuestro corazón y así hacerle ver cuán importante es para nosotros.

Que el santo protector de las parejas haya terminado sus días bajo tortura no parece la mejor forma de empezar con una tradición, pero así de curiosa es la historia del cristianismo y con eso no nos vamos a meter ahora. El caso es que muchos siguen esta costumbre que no se nos puede olvidar porque nos lo recuerdan en los escaparates durante días. Las floristerías con ramos preparados y grandes corazones de goma-espuma y tarjetas son un claro reclamo en el que muchos caen.

No parece extraño que se quiera dedicar un detalle a la persona amada, quizá para salir de la rutina del día a día, aunque bueno estuviera que se encontrara hueco para eso sin que la fecha la marcara el calendario. Yo no sé cuántos San Valentines han celebrado mis abuelos. Llevan de casados unos cuantos, y no hace mucho celebraron las bodas de oro. El noviazgo duró unos 8 años. No recuerdo ver a mi abuelo entrar con ramos de flores o corazones de goma-espuma, tampoco con tarjetas de felicitación. Sólo veo besos de buenos días, abrazos en el almuerzo, caricias a la hora del café y arrumacos durante la cena. Un verdadero empalague que conmovería al más frío y calculador.

Cómo de difíciles son las relaciones de pareja lo saben ya hasta los quinceañeros que comienzan sus hazañas amorosas. Aguantar y que te aguanten en una época de prisas y crisis es un verdadero ejercicio de fe y paciencia. Las nuevas tecnologías aparecen con la nueva aplicación de la infidelidad a golpe de ratón que muchos han sabido aprovechar pero que termina dando al traste con la mejor relación de pareja que hayamos creído ver. Es difícil confiar cuando no está el mundo para fiarse de nadie.

Que levante la mano quien espere llegar a la ración de amor diaria de mis abuelos sin fecha establecida, flores y corazones de goma-espuma. Les desearé un feliz San Valentín y mucha suerte.

¡Valiente San Valentín!
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