Los cambios orgánicos podrían ser mínimos y las realidades de futuro máximas

Clavijo y Toledo presentan este miércoles las claves de un VIII Congreso Nacional de Coalición Canaria marcado por la falta de noticias

Fernando Clavijo y David Toledo en una reunión de la Comisión Ejecutiva Nacional de Coalición Canaria.

Que no haya noticias destacadas dentro de una organización política determina sin duda el hecho de que las cosas internamente están tranquilas. Es lo que le sucede en estos momentos a Coalición Canaria (CC), formación política que dirige los destinos de la Comunidad Autónoma y que tiene un poder más que notable en todas las islas, a pesar de que en lugares como Lanzarote no fue ni de lejos la primera fuerza salvo en el sorprendente caso del Cabildo insular, con el ya reseñado triunfo de Oswaldo Betancort sobre la socialista María Dolores Corujo. No siempre fue así; la formación nacionalista ha pasado por diferentes procesos que la ha llevado al límite del límite en algunas ocasiones, como fue por ejemplo la ruptura con el grupo que lideraba Román Rodríguez y la posterior creación de Nueva Canarias (NC), su principal rival por el voto nacionalista en estos momentos, o la propia forma en la que su actual secretario general, Fernando Clavijo, llegó al poder tras en una lucha fratricida con el entonces todopoderoso Paulino Rivero, el hombre que conocía mejor que nadie las entrañas de la organización y que, contra el pronóstico de la mayoría, perdió un liderazgo que creía garantizado y no fue el candidato a la Presidencia del Ejecutivo regional.

Fueron otros tiempos y los actuales son otros totalmente distintos. De ahí que la comparecencia de prensa de este miércoles marcada para las 9.30 horas de Clavijo y de su secretario de Organización, el lanzaroteño David Toledo, para dar a conocer los pormenores del VIII Congreso Nacional no vaya a tener la trascendencia de otras ocasiones. De momento, tal y como anuncian en la nota de prensa previa, se sabe que el cónclave se celebrará en abril, y de momento también se sabe que los cambios en la cúpula dirigente van a ser mínimos.

Salvo sorpresa morrocotuda de última hora, es evidente que el actual secretario general, que ha llevado a la organización a unas cuotas de poder más que razonables y a contar con perspectivas de crecimiento de cara a los siguientes comicios, va a repetir en el puesto y no va a encontrar en el fácil camino trazado a ningún rival que se atreva a cuestionar su liderazgo. Dudas podrían tener algunos sobre quién ocupa el número dos, aunque viendo cómo discurren las actuales circunstancias, teniendo en cuenta que es además el presidente del Grupo Nacionalista en el Parlamento autonómico, viendo cómo caminan con éxito operaciones como la de Gran Canaria, nada hace pensar que David Toledo no continúe al frente de la Secretaría de Organización. Lo demás, como es lógico, será el anuncio de cambios en puestos intermedios y novedades desde el punto de vista estatutario y programático. Esa será la clave de este nuevo congreso, el averiguar hasta dónde están dispuestos los nacionalistas a forzar sus estatutos, qué introducirán como principal anuncio que ilusione a una parte de la sociedad canaria que está cansada de situaciones límite como la que provoca la inmigración, que la bonanza y la riqueza que genera el turismo no repercuta directamente en los bolsillos de los habitantes de las Islas o que sea muy complicado conseguir una vivienda en territorios como Gran Canaria, Tenerife, Lanzarote o Fuerteventura, por no hablar de La Graciosa, donde eso hoy por hoy es una misión imposible.

Pero el viento sopla claramente a favor de CC, mucho más si se tiene en cuenta que en la otra acera del nacionalismo local, la que representa la formación que lidera Román Rodríguez, hay enormes problemas, algunos creen que provocados en parte por Clavijo y los suyos. Gran Canaria ha sido en los últimos lustros el enorme talón de Aquiles de la antigua coalición de partidos pero se sabe que todo puede cambiar en el momento en el que se haga oficial que todos aquellos que han decidido abandonar NC, por muchos esfuerzos que han hecho gente como el propio Román Rodríguez, Carmelo Ramírez o Luis Campos para que eso no suceda, desembarcan en la formación que sigue dominando el voto local. ¿Se anunciará precisamente en abril, el grupo de insurgentes que ha liderado el alcalde Teodoro Sosa tendrá presencia activa en el VIII Congreso? Podría ser uno de esos detalles o gestos que se conviertan inmediatamente en titular de portada de los medios del Archipiélago. El salto numérico en forma de votos para CC, si finalmente se concreta la llegada de este grupo de alcaldes aliados en su día con NC, si logran incluso incorporar a un dubitativo presidente de Cabildo como es Antonio Morales, puede ser brutal, de cara a disputar de nuevo al PSOE el primer puesto no sólo en las listas insulares sino en la polémica lista autonómica, esa que sirvió para terminar de un plumazo con la triple paridad y que se sospecha que se creó para acabar con los nacionalistas, cosa que desde luego no ha funcionado y ha provocado un notable desequilibrio entre los ocho territorios habitados de Canarias.