EL ESPIONAJE INDUSTRIAL
Parece que esto del espionaje industrial no sólo hay que trasladarlo a las grandes empresas; parece que casos como el que protagonizó en su día Ignacio López de Arriortúa (Superlópez para los amigos y demás familia), acusado por la General Motors de pasar información a la Volkswagen, casos más recientes como el de Mc Laren y Ferrari, no son únicos. Aquí en Lanzarote también los tenemos, aunque a escala bastante más chapucera. Dentro de unos días les daremos más detalle sobre este intento de espionaje semiindustrial, perpetrado por una panda de pepes goteras y otilios que últimamente no ganan para disgusto. Todo lo que hacen les sale mal. Incluso la contratación de espías. Son malos, malos, y lo peor, según nos cuentan, es que no saben que lo son. Se creen que están cumpliendo perfectamente su misión. Pobres aficionados.