EL LÍO DEL CHUPÓCTERO
Hay un trío de “ladillas” que se ha enquistado, no en los hondones de ningún bípedo, sino que en la estructura de algún partido y están sacando un rédito espectacular contando con la impunidad que le ofrece el manto, nada virginal, de algún que otro palanquín político, que dicen haberlos haylos. Claro que “cortadillo” empieza a querer “tragar” con gula y ello le puede llevar a cometer errores de mucho cuidado. Y ojo con los extraños asesoramientos externos y remunerados. Estos errores tienen preocupado al binomio restante hasta el punto de que el “moralista” -(moralista de andar por casa)- ha comenzado a marcar distancias con su otro compañero casi sentimental llamado el “Gilorio”. Nos dicen que, por aquello de las fiscalías y sus fiscalizaciones anunciadas, el “padrinito” se muestra inquieto por si se filtran los quehaceres de este trío de “pecadores”. Entendemos que es mejor hablar y especular con rumores de otra índole libre de “pestilentes” entornos. El problema de determinada clase política es que carecen de clase, y se dejan engatusar por el primero que pasa. Les contaremos más, ahora, de momento, es un poco peligroso.