LA DIMISIÓN DE MANOLÍN

Aunque hay personajes políticos con los que no somos demasiado respetuosos en esta sección, más que nada porque se lo ganan a pulso, el que ocupa nuestro primer zurriagazo de hoy de momento y hasta que alguien o el tiempo nos diga lo contrario merece nuestro respeto. Por eso, que le llamemos “Manolín” no es ofensivo, puesto que así le conocen los que le aprecian. El caso es que “Manolín” (Manuel Pérez Gopar) consumó este lunes con mañanidad y alevosía algo que pensó hacer antes incluso de tomar posesión de su cargo de concejal de Coalición Canaria (CC) en Arrecife, presentar su dimisión, dejar la liberación que había peleado y que había merecido y marcharse a otra cosa mariposa. Ha cogido por sorpresa a muchos. A nosotros no, porque ya habíamos hablado con él este viernes y nos había insistido una vez más en que estaba cansado de “muchas cosas” y que prefería marcharse a ocupar un puesto de trabajo de los muchos que le habían ofrecido antes y después de las elecciones. No en vano, “Manolín” se ganó también el respeto de muchos empresarios al conseguir algo que parecía imposible, sanear las cuentas del Consistorio capitalino. Dicho todo esto, también es cierto que detrás de su dimisión, la segunda que se cobra el tremendo batacazo que se dieron los nacionalistas en Arrecife (¿por qué fracasarían de ese modo?) tras María Isabel Déniz, hay otras cosas que se irán conociendo poco a poco. Alguna le podría poner los pelos de punta a más de uno, y de una. De momento no contamos más.