LA REUNIÓN CON ROMÁN
En la anterior edición les dimos cuenta del tremendo cabreo que tenía una parte del nacionalismo de esta parte (valga la redundancia) del Archipiélago, la de los integrantes del Partido Nacionalista de Lanzarote (PNL). Les decíamos que la última actuación de Román Rodríguez, decidiendo por su cuenta y riesgo abandonar el Grupo de Coalición Canaria (CC) en Madrid y dejando al nacionalismo isleño sin voz en la capital del Reino ha hecho un flaco favor a parte de aquellos que buscan la unidad nacionalista. Les decíamos que había un mosqueo importante en un grupo de políticos cercanos al ex presidente, que viajaron raudos y veloces a la isla redonda. El caso es que este martes estuvieron Gran Canaria para pedir explicaciones Pedro de Armas y Juan Carlos Becerra, a los que nadie avisó de lo que iban a hacer. Querían saber por qué Román Rodríguez y Nueva Canarias (NC) tomaron una decisión tan importante sin consultar al resto de las islas, sin tener en cuenta que no sólo podían poner en riesgo la búsqueda de la unidad nacionalista sino acuerdos de futuro como el que el propio PNL quiere hallar con CC para garantizar la estabilidad en el Ayuntamiento de Yaiza. El caso es que tras la reunión tanto De Armas como Becerra no salieron demasiado convencidos, aunque agradecieron las explicaciones. Según pudimos saber, don Román les dijo que habían actuado con tanta rapidez y de ese modo porque se habían enterado de que Paulino Rivero y José Manuel Soria planeaban echarle del Grupo cogiendo prestado a un diputado del Partido Popular (PP). “Antes de que me echaran me fui yo”, les debió decir. Qué quieren que les digamos, la verdad es que no nos convencen demasiado las explicaciones de don Román.