QUERÍA COBRAR LOS RESTOS
Don Fernando Prats, ¿recuerdan?, quería cobrar los restos que dice le adeudaba el Cabildo por su trabajo en el famoso y nunca bien denostado PTE en el que laboró como nadie Don Carlos Espino. Bueno, laboró y guardó celosamente el referido político. Resulta ser que las cosas se le han complicado a Don Fernando porque hay de por medio un informe de Gesplán que lo pone bonito y que al parecer demuestra que no concluyó su labor por mucho bombo que se le haya dado desde otra vertiente. Así que Don Fernando se puede y se debe cobrar lo que se termina y no ir por ahí poco menos que de dadivoso. No se por qué me recuerda usted a Felipito el Caro y también al Vinagre y sus cuentas “descuadradas”.
En hablando de cuentas hay que decir que el estropajillo femenino está como enloquecida con una lupa en ristre tras unas determinadas huellas dinerarias que le quitan el juicio, bueno, el poco que tenía si es que tuvo alguno. Menos mal que en el empeño cuenta con el “Pesón”, gran detective privado descubridor entre otras cosas del asado de la manteca. Y del Mediterráneo. Este binomio tiene un futuro espléndido y si se alía con el Pulguilla tiene el éxito garantizado. Estamos seguros que encontrarán, si no lo que buscan, un monumental excusado en donde reposarán por los siglos de los siglos y en la paz de los idiotas, que es paz.
Que quede claro que el Canas encontrará pronto su real sepultura, sepultura que se ha acabado, sus mentiras, despropósitos, no exento de colosales mamandurrias. El Canas será descubierto en breve y no por sus quehaceres benéficos. Bueno benéficos para el sí que se ha forrado, jodidos también para el pueblo a quién dice representar.