SI MANRIQUE RESUCITARA

César Manrique, el más universal de los lanzaroteños, con visión profética anticipó lo que podía ocurrir en Lanzarote (lo estamos padeciendo) si no se seguían sus pautas de desarrollo. Gracias a él, y a Pepín Ramírez, se encumbró Lanzarote hasta ser considerada universalmente como una estrella rutilante en el firmamento de la curiosidad mundial. Gracias a cantidad de depredadores y a una buena panda (expresión muy al uso de César) de especuladores estamos padeciendo en el momento presente una crisis económica de aquí te espero. La construcción va pro al marisco, de la agricultura mejor ni hablar y de la ganadería ídem de lo mismo. ¿Qué nos queda? Recordar las proclamas del gran Manrique y echarnos a llorar y también reprochar a quienes pudieron y debieron poner remedio firmes a la debacle y por el contrario volvieron la vista hacia otros lados preocupándose, eso sí, en profesionalizarse y sacar pingües beneficios del ejercicio que nadie entiende de una función administrativa que debía tener todos los aditamentos necesarios para vitalizar el mensaje de César y no dejarlo de lado. Si el pobre César resucitara estamos seguros que del enfado volvería a traspasar el umbral de la eternidad.