VUELVEN EL MANGANA Y EL VINAGRE

El desaliñado, estropagiado, vituperado Pepito “El Mangana” va por estos pagos de Dios arrastrando su triste figura de esquina a esquina, contando un cuento que empezamos a sospechar que ni él mismo se cree. Pepito “El Mangana” no se da cuenta de que está predicando en el desierto, no se percata de que su manido discurso se lo conoce ya todo el mundo, porque la gente ya sabe de su vida y milagros. Al único que se engaña es a sí mismo, creyendo que es él el que engaña a los demás. Parece que no está todo perdido, que siempre hay recursos al alcance incluso de los más miserables. Tanto es así que nos hemos enterado de que el Vinagre, que por cierto va presumiendo últimamente por ahí de logros que ni ha conseguido ni va a conseguir ya jamás por su falta de inteligencia, están dispuestos a echarle un cabo, y no al cuello precisamente para que se termine hundiendo del todo. Quieren ayudarle con sincera y desinteresada actitud. ¿O no tan desinteresada? Lo que le advertimos a Pepito, si es que quiere escucharnos a estas alturas de la película, es que con semejante compañía puede llegar muy lejos... Y ojo con el Vinagre, que se quiere perpetuar como Chávez en el carguito y no las tiene todas consigo. Ya está encontrando algún que otro respondón.