“Los delitos que pueden cometer los jueces deberían estar sometidos con todo rigor a las exigencias del Código Penal”
- “Desde que Felipe González hizo la reforma para la designación de los jueces, la designación característica de un sistema democrático ha desparecido en gran parte”
- “Un juez que desea notoriedad pública en lugar de la justicia intrínseca de sus fallos, está contradiciendo deontológicamente sus principios. Deberían ser rechazados y que no tuvieran ascensos en su carrera”
- “Lo de Cataluña es increíble porque han falsificado la historia. Cataluña no era más que un condado dentro del Reino de Aragón. Han hecho creer que tienen una personalidad histórica y han falseado la historia”
- "Nada de recalificaciones, que hubiese una Ley del Suelo que dijera que todo el territorio nacional es edificable salvo aquellos supuestos de respeto a situaciones históricas como determinados recintos, o algo que necesite ser preservado como reserva de la naturaleza. Si todo lo demás hubiera sido edificable, habría desaparecido la picaresca de las recalificaciones"
El autor de libros como ‘Leyendas y relatos de Guinea Ecuatorial’ y ‘Los últimos de Guinea Ecuatorial. El fracaso de la descolonización’, José Menéndez Hernández, encuentra muy cambiada la fisonomía de la Isla, a la que vino en otra ocasión hace ahora unos 35 años.
- ¿Cómo se podría valorar el período colonial en Guinea, hoy, a cuarenta años de la independencia?
- Lo que pretendo con mis libros y estas presentaciones es que se conozca en realidad cómo fue la colonización de España en Guinea. Son años de desencuentro y recelo entre la metrópoli y la antigua colonia. Es triste que esto haya ocurrido. La colonización de la Guinea ecuatorial fue modélica, ejemplar. Los logros sanitarios fueron sorprendentes. La educación, inmejorable. En Guinea no había analfabetos. Por desgracia, el esfuerzo gigantesco de casi dos siglos se arrojó por la borda en pocos meses, como hago constar en mi libro ‘Los últimos de Guinea’, donde constato el fracaso de la descolonización. La independencia se inicia en 1968 con el presidente Francisco Macías. Su actitud genocida y persecutoria sumió al país en la más absoluta pobreza. Si Guinea producía por los años sesenta del pasado siglo 50.000 toneladas de cacao de inmejorable calidad, en 1979, al ejecutar a Macías, sólo se habían logrado 8.000 toneladas. Todavía no se ha recuperado la nación de aquel trauma…
- ¿Qué ha hecho mal España, qué política tenía que haber seguido, qué cabe hacer ahora?
- España ha hecho mal en distanciarse de Guinea, pues la población autóctona tiene a gala hablar español y los bachilleres estudian las distintas disciplinas en libros de texto españoles, pese a los intentos de entronización de otros países. Creo que lo acertado sería tratar de robustecer los vínculos con la antigua colonia. Sería conveniente cambiar la orientación de los medios de comunicación españoles, tan hostiles al presidente Teodoro Obiang, que siente gran predilección por España. Como se formó en la Academia Militar de Zaragoza, cuando está entre un grupo de amigos suele decir: "Yo no puedo olvidar que por mis venas corre sangre española".
- ¿Cómo avanzar hacia la democracia en Guinea?
- Potenciando la libertad de prensa, el libre juego de los partidos políticos, la celebración de elecciones no mediatizadas y robusteciendo la independencia del poder judicial. A partir del año 2005 se ha iniciado un cambio positivo en este último aspecto. Antes los miembros de los tribunales eran de las más variadas procedencias, casi ninguno de ellos licenciados en Derecho. Desde aquel año se dan cursos de formación de jueces, reservados para los juristas. Yo mismo he impartido conferencias en ese proceso de formación de jueces independientes.
- ¿Hay forma de implantar la democracia en Guinea con Obiang y su clan en el poder?
- Lo del clan de Obiang no es exclusivo de este gobernante. En el África negra se da una constante: la entrega hacia los miembros del mismo grupo étnico y la hostilidad hacia los que pertenecen a otros clanes… El «hermanito de tribu» tiene todas las puertas abiertas y el extraño es visto como un potencial enemigo. Para implantar la democracia en Guinea (como en tantos países de África) tendrán que pasar muchas décadas. Se logrará cuando por aquellas tierras se olvide el nepotismo, que enraíza con los vínculos tribales, con la fuerza del clan en Mongomo o en cualquier otro lugar de cultura bantú.
- ¿Es Guinea Ecuatorial el ejemplo más palmario de la maldición de los recursos?
- El capítulo del petróleo es otro de los grandes desaciertos españoles. La Hispanoil absurdamente desdeñó la exploración de toda la plataforma marítima de Guinea Ecuatorial, aunque se le había concedido la exclusiva. Los ingresos procedentes del oro negro son elevadísimos, pero, por desgracia, la riqueza no llega a todas las capas de la sociedad guineana.
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- Como exmagistrado del Tribunal Supremo, ¿qué destacaría como lo más positivo?
- Bueno, de mi paso por el Tribunal Supremo puedo destacar fundamentalmente la armonía que existía entre todos los magistrado que formábamos la Sala Primera, que es la de lo Civil, en la que yo estuve. Incluso en una cierta ocasión tuve que formular un voto reservado, que se da cuando uno está en disconformidad con la mayoría de la Sala, y tiene que redactar una sentencia en sentido opuesto al que quiere la mayoría. Sin embargo, no provocó ninguna incomodidad con los demás compañeros. La armonía era total.
- ¿Y qué puede decirnos sobre la democracia y la corrupción? ¿Cree que es el sistema político que más o menos fisuras contiene de cara a la corrupción?
- Platón decía sobre las formas de gobierno que la Democracia era el menos malo de los sistemas políticos, lo que no quiere decir que no fuera injusta pues muchas veces no siempre los mejores son secundados por la mayoría. Yo para evitar la corrupción utilizaría un arma jurídica. En Derecho existe, aparte de la renuncia abdicativa, que es abandonar una cosa que ya está en nuestro patrimonio, la renuncia preventiva. Yo defendería la renuncia preventiva. Si alguien que va a ser heredero de un tío lejano, puede renunciar a la misma de antemano por el motivo que sea. Pues en materia política también podría existir la renuncia preventiva. Es decir, que quienes sean candidatos, antes de ganar unas elecciones, podrían acudir a una Notaría y renunciar en documento público a los privilegios que tiene la clase política, como los derechos de jubilación excepcionales o sueldos extraordinarios, entre otros, y publicar en todos los periódicos incluso el número de protocolo del Notario, para que cualquier español en el futuro, tanto de su ideología como de la contraria, pudiera acudir a los tribunales para pedir la dimisión de quien pudiera haber renunciado a esos beneficios pero ahora esté tratando de aprovecharse de los mismos.
- ¿Cree usted que existen los jueces estrella? ¿Qué le parece su actuación y el fino vínculo entre la Justicia y la Política?
- Aristóteles decía que la lógica occidental se basa en el principio de contradicción porque una cosa no puede ser grande y pequeña al mismo tiempo, o blanca y negra a la vez. Un juez que desea notoriedad pública en lugar de la justicia intrínseca de sus fallos, está contradiciendo deontológicamente sus principios. Deberían ser rechazados y que no tuvieran ascensos en su carrera.
- ¿Considera usted que el poder legislativo y el judicial se confunden hoy en día?
- Desde que Felipe González hizo la reforma para la designación de los jueces, indudablemente la designación de los jueces característica de un sistema democrático ha desparecido en gran parte. Fíjese que el mismo Alfonso Guerra dijo que habíamos enterrado a Montesquieu. Tristemente en parte es verdad. Ahora bien, el hecho de que se inmiscuyan otros poderes en la designación de los jueces, en gran parte les hace perder la independencia, que debe ser básica en cualquier sistema jurídico para que haya una seguridad jurídica en un país.
- ¿Es más bien falta de medios o voluntad política lo que ralentiza o agiliza los casos judiciales?
- La Justicia por desgracia ha estado siempre muy mal dotada de medios. En Guinea no había dinero para pagarme un viaje pero querían que acudiera en condiciones infrahumanas. En cualquier juzgado de Primera Instancia, uno puede comprobar que hay expedientes en los baños, fuera de estanterías y en espacios reducidos. Luego se financian muchas tonterías, pero la financiación de la Justicia ha sido por desgracia un disparate en nuestro país.
Evidentemente, mientras no exista un órgano de jueces en el que no se inmiscuyan los otros jueces, no se va a poder evitar la inclinación subjetiva de un juez.
- En Lanzarote y La Laguna se han dado casos en los que quienes han estado imputados reclaman ahora responsabilidad a un magistrado como César Romero Pamparacuatro, instructor de los casos Unión y Corredor. ¿De qué forma cree usted que también quienes conforman el sistema judicial pueden estar sometidos a cierta responsabilidad en sus actos?
- En materia de justicia, para poder reclamar algo se necesita legitimación activa y legitimación pasiva, pero los demás son extraños al tema jurídico. Como ya está tipificado en el Código Penal los delitos que pueden cometer los jueces (cohecho, soborno, prevaricación, etc.), deberían aplicarse con todo rigor las exigencias del Código Penal.
- ¿Y qué le parece el rechazo que han generado desde el punto de vista social y de los propios agentes judiciales las tasas judiciales impuestas en esta legislatura por el Gobierno del PP?
- Evidentemente, puede ser disuasorio para personas con pocos recursos económicos el tener que afrontar las tasas judiciales. Estoy en el mismo lado que Esperanza Aguirre y contra Mariano Rajoy. Bajando los impuestos, se puede producir más.
Cualquier cosa económica que se haga conlleva pago de impuestos. A cada uno se le recaudará menos pero, en general, en conjunto, se recaudará más. Lo hizo José María Aznar y también lo llevó a cabo Clinton.
- ¿Qué opinión le merece la situación por la que pasan ahora mismo cientos de familias en España respecto al problema de la vivienda? ¿Le parece una buena opción la vía de la dación en pago?
Fíjese que en realidad el tema de las hipotecas tiene un vicio de origen. Hubo un momento en que a los directores de los bancos se les premiaba por el hecho de que mientras más negocios lograban, más primas recibían. Entonces se le dieron préstamos a persona a las que en una economía exigente, no se lo podían dar. Por ejemplo, a una pobre señora que trabaja de limpiadora le daban dinero para que se comprara un piso a pesar de no poder saldar su deuda. Los desahucios son impopulares pero en realidad existen en todo el mundo. Es decir, cuando alguien no paga su deuda, el banco toma su piso como garantía. Si no puede pagar, me quedo con él para venderlo y recuperar el dinero prestado. El problema fue de raíz, de prestar a quien se sabía que no podría satisfacer el crédito.
Sobre la dación en pago, ésta es una de las fórmulas jurídicas. Posiblemente sería una solución si los bancos estuvieran dispuestos a aceptarlo. Si saliera una normativa que lo impusiera, ya pasaría a ser legal y entonces se podría aplicar.
- ¿Cree usted que en la actualidad son las entidades bancarias las que dominan el mundo, por encima de la política y las instituciones?
Siempre la parte financiera ha tenido mucha fuerza frente a los políticos. Muchos de los problemas de España están en que los partidos políticos gastan con mucha ligereza. En las campañas electorales se gasta desaforadamente y luego el problema está en que muchas veces los bancos no les reclaman a los partidos el dinero prestado, y ahí están influyendo sobre el partido. En realidad, mire usted, las campañas electorales podrían ser, por mucha difusión que tuvieses, gratuitas. Si el Estado exigiese a la televisión oficial que dedicase espacios a todos los partidos políticos en la misma proporción, y que ahí se pudieran hacer todas sus campañas, nos evitaríamos esos gastos, verdaderamente desproporcionaos, de las campañas electorales.
- En cuanto al ámbito de Canarias y los recursos para el sistema judicial, y concretamente en Lanzarote, la población prácticamente se ha duplicado en los últimos 10 ó 15 años. Con ello, lógicamente, el nivel de conflictividad social ha aumentado. ¿Cómo ve a esos niveles una isla como ésta?
- Yo estoy verdaderamente impresionado. Vine hace 35 años a Lanzarote y me he quedado sorprendido del extraordinario desarrollo de la Isla. Es impresionante. Además, tienen ustedes la enorme suerte de que en realidad el verdadero empresario es el sol, el sol y el mar, que les dan a ustedes unos ingredientes que no cuestan nada. Aquí es tan difícil o más aparcar que en Madrid. Me he quedado sorprendido. Es el cambio más sorprendente que he visto en toda España.
- El urbanismo suele ser un capítulo de peso en la actividad judicial por los casos de corrupción que muchas veces conlleva. Aquí, en Lanzarote, el todavía vigente Plan Insular de Ordenación data del año 1991. Cuando la clase política no es capaz de actualizar en tanto tiempo un documento tan relevante, no hay lugar para ningún tipo de acción de la Justicia, ¿verdad?
- En cuestión de planeamientos, los abusos que se han cometido en Canarias y en toda España arrancan del problema de que los políticos se inmiscuyen, y que podría haberse evitado con una decisión legislativa. ¿Qué ha ocurrido por ejemplo con las recalificaciones? Éstas han creado inmensas fortunas a personas que compraban un terreno a tantos céntimos el metro cuadrado, y a los pocos años, cuando un Gobierno proclive decía que aquello que era rústico se convertía en urbano, y lo que había costado céntimos valía ya cientos de miles de pesetas. Se han creado fortunas inmensas de empresarios y de políticos vinculados a ellos y fíjese que la solución sería sencillísima. Nada de recalificaciones, que hubiese una Ley del Suelo que dijera que todo el territorio nacional es edificable salvo aquellos supuestos de respeto a situaciones históricas como determinados recintos, o algo que necesite ser preservado como reserva de la naturaleza. Si todo lo demás hubiera sido edificable, habría desaparecido la picaresca de las recalificaciones.
- ¿Cree necesaria una reforma en la Constitución, en nuestra Carta Magna?
- La reforma de la Constitución, en tal caso, sería para mí que desapareciesen las autonomías con todos los cargos y gastos que conllevan. En realidad, lo lógico sería un Estado unitario, como el caso francés y otros muchos, sin tanta dilapidación de gastos innecesaria. Cuando empezó la democracia, en España había entre la Administración central, la provincial y la local, 700.000 funcionarios en toda España, y ahora, sumando a todos los funcionarios de todas las administraciones, son unos 3,4 millones de funcionarios. Fíjense el gasto tan enorme que representa esto con situaciones innecesarias. Por eso yo creo que habría que recortar mucho en este sentido.
- ¿Y qué le parece la situación de Cataluña en el contexto de España, ahora que acaba de celebrarse también el plebiscito catalán?
- Lo de Cataluña es increíble porque han falsificado la historia. Cataluña no era más que un condado dentro del Reino de Aragón. Han hecho creer que tienen una personalidad histórica y han falseado la historia. Cataluña, en la época de Felipe IV, consiguió la independencia por primera vez, algo que mucha gente no sabe, con apoyo de Francia, porque el ejército español estaba luchando en Portugal. Entonces, con aquello desasistido, entre catalanes y franceses consiguieron la independencia. Sin embargo, 50 años después tuvo lugar la Guerra de la Sucesión entre el Archiduque Carlos y Felipe V, donde los catalanes se pusieron de parte del Archiduque Carlos, algo que parece sorprendente ya que los franceses les habían ayudado a conseguir la independencia. ¿Saben por qué? Porque Francia, en el momento en que teóricamente eran independientes los catalanes, quiso convertirlos en provincia francesa. Y por eso, desalentados y desilusionados, se pusieron de parte del Archiduque Carlos. Ésta es la historia verdadera.
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Publicados por Sial ediciones y escritos por José Menéndez Hernández, los dos libros obra de José Menéndez Hernández tienen a Guinea Ecuatorial como protagonista," Los últimos de Guinea. El fracaso de la descolonización" y "Leyendas y relatos de Guinea Ecuatorial".
El autor José Menéndez Hernández, nacido en Madrid, es licenciado en Ciencias de la Información, Doctor en Derecho, del Cuerpo Superior de Administradores Civiles del Estado, Registrador de la Propiedad y ex Magistrado del Tribunal Supremo fue colaborador de ABC y de TVE Guinea durante la época de la autonomía previa a la independencia de Guinea Ecuatorial.
En el libro ‘Los últimos de Guinea. El fracaso de la descolonización’, José Menéndez Hernández, testigo privilegiado de los acontecimientos históricos referentes a la etapa de la independencia guineana, desvela claves fundamentales para entender una etapa oscura de nuestro pasado reciente y describe las vicisitudes de esos hombres y mujeres que, sin tiempo para recoger sus pertenencias y liquidar sus propiedades, tuvieron que abandonar a toda prisa el paraíso que sentían como su tierra y que todavía hoy añoran.
Se trata de Leyendas y relatos de Guinea Ecuatorial como recuerdos de su etapa en la ex colonia española. José Menéndez publica estos cuentos extraídos de la literatura oral, de la tradición, de las historias escuchadas.
Son relatos sencillos y hermosos, leyendas locales. Está la historia del dolor de una madre que convierte en pájaro al hijo desaparecido; la historia del hombre cruel a quien pierde su propia capacidad para hacer el mal; la historia del enamorado que vence con el ingenio las reticencias del padre de una mujer bella; la del hombre que se niega a entregar a su hermana; la de la muchacha que sabe bien de la inexorabilidad del destino; la de la ancestral sabiduría de los hechiceros, capaces de localizar al culpable de un delito.