El nacionalista Oswaldo Betancort se estrena este lunes por la tarde con varios objetivos: uno clave es eliminar la crispación de los últimos años y cambiar la dinámica política promovida por su antecesora en el cargo

Cambio de ciclo político en el Cabildo de Lanzarote

Imagen de Oswaldo Betancort el día que tomó posesion del bastón de mando de Teguise por última vez.

Lanzarote vive este lunes uno de esos días históricos desde el punto de vista político: el nacionalista Oswaldo Betancort tomará posesión como presidente de su Cabildo sustituyendo a la socialista María Dolores Corujo, una mujer que no ha pasado precisamente desapercibida en estos últimos cuatro años y que ha protagonizado uno de los mandatos más convulsos que se recuerdan, con un pacto inicial y sorprendente para muchos con el Partido Popular (PP) y un posterior sostenimiento de su mayoría con el fichaje de un tránsfuga de Coalición Canaria (CC) como ha sido el galeno Juan Manuel Sosa. Cuatro años de bronca constante con los unos y con los otros, con enfrentamientos con varios medios de comunicación, con judicialización de parte del legado que recibió, cuatro años que no se han traducido precisamente en la llegada de grandes obras o de grandes proyectos de los que el Partido Socialista (PSOE) haya podido presumir. Este tipo de política, dirigida en la sombra por un personaje como es el ex secretario general de los socialistas Carlos Espino, alguien que está siempre en la penumbra porque carece de tirón electoral, el revisionismo constante de todo lo que había hecho su antecesor, Pedro San Ginés, es una de las claves que se manejan incluso de forma interna en su partido para justificar que Corujo fuera incapaz de ganar de calle las elecciones simplemente haciendo valer los votos que arrastraron sus compañeros en fuertes e incontestables mayorías como las de San Bartolomé, Tías, Teguise o Arrecife. En el PSOE canario no sólo no han tenido en cuenta este fracaso político sino que han premiado a la líder lanzaroteña nada menos que aupándola al primer puesto de la lista provincial con la que se presentan al Congreso de los Diputados en los comicios del 23 de julio. Algunas voces internas y externas creen realmente, como va a suceder este martes con la presidenta del Partido Popular (PP), Astrid Pérez, a la que nombrarán presidenta del Parlamento de Canarias para que abandone el Ayuntamiento de la capital del que en este momento es alcaldesa, que lo que buscan los socialistas es propiciar un escenario de entendimiento con formaciones como Coalición Canaria (CC) que con la presencia de Corujo y de su guardia pretoriana resulta a todas luces una verdadera quimera.

Y en esas aparece Oswaldo Betancort. El ya ex alcalde de Teguise es un hombre tranquilo que casi siempre huye del conflicto. De ahí que mucha gente, también dentro y fuera de su partido, crea que va a ser el presidente que va a dar no sólo estabilidad sino tranquilidad a la política lanzaroteña, que falta le hace. Ese por tanto debe ser una de las claves de su gobierno, la estabilidad y la tranquilidad, imprescindibles para lograr el siguiente objetivo que no debe ser otro que el de traer a Lanzarote todas las inversiones que se han hurtado en los últimos años, entre ellas las vinculadas con las siempre polémicas infraestructuras básicas: Palacio de Congresos, ciudades deportivas, piscinas municipales, obras de carreteras, saneamientos, acerados, alumbrados, viviendas, modernización de Arrecife…

Sin embargo, Betancort ya ha dicho en varias entrevistas que su primera reunión, al menos así lo intentará, será con los siete ayuntamientos y con los responsables de Canal Gestión para abordar el problemón que hay en la Isla con el agua, o más con la falta de ella. El Gobierno de Corujo tomó una curiosa deriva, también centrada en la venganza contra San Ginés y contra su apuesta por que Canal de Isabel II terminara con el desastre que heredó de Insular de Aguas de Lanzarote (INALSA), consistente en enfrentarse constantemente a Canal Gestión, su filial en la Isla. En cuatro años no fueron capaces de sentarse con la empresa que controla el ciclo integral del agua para determinar las prioridades que se tendrían que haber puesto sobre la mesa para evitar los constantes cortes y la falta de suministro. El problema para Corujo va a ser que se va a ver ahora con claridad que todo dependía del Consorcio del Agua, no de Canal Gestión.

El caso es que Oswaldo Betancort toma posesión este lunes a las seis de la tarde de su nuevo cargo de presidente del Cabildo. Lo hará con los ocho consejeros que conforman el grupo de CC y con los cuatro que aporta el PP, es decir, con los doce que se necesitan para tener una mayoría absoluta en el Cabildo lanzaroteño. Siendo lo que es Lanzarote es imposible asegurar que será un pacto en el que no habrá sobresaltos políticos. Es mucho aventurar. Sin embargo, parece que todo se está encaminando hacia ese lugar, al del final de los constantes enredos políticos que tanto daño han hecho a un lugar que requiere de calma, tranquilidad, debates sosegados y acción. ¿Será a partir de ahora? A partir de este lunes por la tarde se verá.