“Cope se Mueve” redescubre al gran desconocido de los Centros Turísticos, el Jardín de Cactus

Es probable que muchos de los residentes que viven en esta isla desconozcan que el cactarium conocido como el Jardín de Cactus fue el último trabajo que hizo César Manrique en 1991 en Lanzarote. Otros no sabrán que recientemente fue considerado uno de los mejores jardines del mundo para Great Gardens of the World o que en 1997 obtuvo el premio Carlo Scarpa, otorgado por la Fundación Benetton para premiar aquellos trabajos de arquitectura integrados en el paisaje y que suponían un respeto absoluto de las tradiciones.  Sin embargo, es más triste todavía que muchos conejeros no sepan que por el euro que les va a costar la entrada pueden disfrutar no solo de un entorno natural maravilloso al aire libre sino que van a poder acceder a un menú elaborado con productos de kilómetro cero en el que el cactus se ha convertido en un ingrediente solicitado por muchos de los que visitan este Centro de Arte, Cultura y Turismo.

Por eso, “Cope se mueve” se ha desplazado hasta Guatiza para hablar con el consejero de los CACTs, Benjamín Perdomo, que reconoció que en la cabeza de la mayoría de la población está más el Parque de Timanfaya o los Jameos del Agua pero no es habitual que acudan tanto al Mirador del Río o al mismo Jardín de Cactus. Por ello, quiere destacar que por una entrada simbólica, los residentes pueden disfrutar de un restaurante con una gastronomía que lleva, como no podía ser de otra manera, el cactus entre sus mayores atractivos.

Dice habría que preguntar a CC, que dirigió durante 12 años esta consejería, por qué no se le ha dado la importancia que merece el Jardín de Cactus. Por ello, destaca que no es casualidad que este mes de septiembre, el Castillo de San José haya facturado lo mismo que en 2019 sin ningún tipo de evento o que el Monumento haya facturado un poco menos que en las mismas fechas del año pasado.

Una buena forma de redescubrir los Centros fue la semana de puertas abiertas que se organizó cuando las circunstancias de la pandemia lo hicieron posible y las experiencias “Insólita”, que tiene previsto que también lleguen al Jardín de Cactus. “Va a ser una visita guiada que acabará con una experiencia gastronómica por las mañanas a primera y seguramente se ampliará porque está habiendo una demanda cada vez mayor”, explica.

Para Perdomo, también ha sido una pena que la población de Lanzarote no haya conocido hasta que María Dolores Corujo ha llegado a la presidencia, muchos de los premios y distinciones que han obtenido centros como éste. “Ella ha puesto en valor lo que éramos y lo que estamos volviendo a ser”  y matiza que “la anterior Presidencia menospreció la obra de César Manrique y se hicieron animaladas y salvajadas aquí dentro pero y han hecho falta muchos años para que se nos den reconocimientos tan prestigiosos como estos”.

También quiso alabar el buen hacer de los trabajadores de los CACTs, que se sienten parte de un equipo del que estar orgullosos.

Orlando Ortega, Chef de los Centros de Arte, Cultura y Turismo, explicó que aunque ya hay muchos residentes que vienen a desayunar al Jardín, es ahora cuando otros están descubriendo que también se puede disfrutar de unos platos perfectamente identificados con cada centro. “A veces la gente piensa que esto es para el turismo y que nosotros no podemos gozar del arte, la cultura y la gastronomía y que podemos ser turistas en nuestra propia tierra”, comenta.

Reconoce que han tenido que aprender a conocer al cactus para sacar recetas que irán evolucionando y copando la mayor parte de la carta. Eso sí, explica que la materia prima ha sido fantástica y que nunca se ha intentado meter este producto con calzador. Esto junto a la creatividad del personal de los Centros lleva a platos como las croquetas de cactus con queso, los maquis de nopal con aguacate,  los rollitos de pollo con cactus o unos cactus en salmuera junto a una cerveza artesanal de Lanzarote. “Es una oferta seria, técnica y divertida”, sentencia y explica que cada vez son más los que se atreven con esta nueva cocina que no se puede encontrar en otros lugares del mundo.

A Antonio Martín, jardinero del Jardín de Cactus, se le nota el orgullo cuando habla de los premios que se ha llevado este Centro. Dice que “a veces no nos hacemos a la idea de la importancia que tiene que Great Gardens of the World nos haya incluido entre los jardines más bonitos del mundo”.  Piensa que se lo merece porque se une el aspecto arquitectónico, la impresionante obra de Manrique, la agricultura lanzaroteña y la botánica.

Reconoce que llegar a 4.500 ejemplares de cactus de 18 familias o 450 especies han convertido a esta vieja rofera transformada en un paraíso no solo para los turistas sino para los expertos que vienen a deleitarse con las maravillas naturales de Guatiza. “Cada vez que entra alguien escuchamos un `ohhhh´ porque nadie se espera lo que hay detrás de la puerta de entrada”, comenta.

Beatriz Delgado Betancort, responsable del departamento de Educación y Acción Cultural de los Centros, es la persona encargada de enseñar a los niños de los centros educativos de la Isla las maravillas de los CACTs. En el programa dirigido por Laura San José en Crónicas Radio – Cadena Cope comentó que “son visitas guiadas didácticas que van más allá de las excursiones para que puedan adaptarse a las materias que están estudiando”. Comenta que preguntan muchísimo y salen del Jardín “prometiendo” que van a volver con sus familias, convirtiéndose en guías y embajadores de algo que consideran “suyo”, no algo solo para los turistas.

“Hemos conseguido que vivan el arte y naturaleza tal y como quería César”, explica, con la satisfacción de haber conseguido meter ese pequeño germen de curiosidad entre los alumnos. Para ello, están trabajando en llevar a cabo iniciativas como una gymcana con la que descubrir los “secretos” escondidos en el Jardín. Reconoció que ella también ha gastado a los chinijos la broma con el “cactus más grande del mundo” de la entrada y que suelen darse cuenta del truco cuando les pregunta cuántas veces creen que hay que regarlo, incluso mucho antes que los adultos; una forma maravillosa de ir despertando la curiosidad antes de traspasar la puerta de entrada.

Explicó que la pandemia ha trastocado todas las visitas y que ahora están trabajando a la inversa; es decir, son ellos los que llevan los Centros a los colegios, en espera de que puedan devolverles la visita, aunque sea con grupos más reducidos y confió en que el próximo año, el Jardín sea descubierto por muchos más grandes y pequeños.