Lanzarote-Marítima

Debido al sobreesfuerzo mental que ha tenido que realizar el encargado de exprimir al máximo su imaginación para dar con el nombre definitivo con el que bautizar la unificación deportiva entre el Lanzarote y el Marítima (Lanzarote-Marítima, y andando), el autor intelectual está ahorita mismo pasando unas semanas de recuperación mental en una clínica de reposo. Los excesos imaginativos o creadores se acaban pagando, como es triste fama. En caso de duda, véanse los decorados del recinto festivo de carnavales, sangineles y por ahí, siempre tan originales y distintos un año del otro (ejem...).

A mí el nombre que ha resultado de esa fusión me parece de una lógica elemental. Cae por su propio peso. Y la unión deportiva se me antoja una buena nueva. Frase hecha: la unión hace la fuerza. Amén. Todos contentos, entonces, aunque haya algún aficionado del Marítima que crea que el nombre de su equipo debería ir antes y no después del Lanzarote, puesto que tiene más historia. Sí, más historia pero una trayectoria en el fútbol de categoría nacional también más modesta, puestos a contar verdades. Pero la unificación nos ahorra, del bolichazo, seguir discutiendo sobre quién es el equipo más representativo del balompié insular allende nuestras fronteras inmediatas. Eso sin contar con los otros posibles, probables o presumibles beneficios tanto desde el punto de vista estrictamente deportivo como económico, tanto para el nuevo/viejo equipo que ha resultado de ese feliz ayuntamiento como para las propias instituciones públicas. No insistiré aquí en esas ventajas porque ya las aventaron en la rueda de prensa del miércoles los directivos de ambos clubes (escríbase o pronúnciese tal cual, por favor: clubes, nunca clubs o clúes). Lo de la anunciada intención de contar con jugadores exclusivamente conejeros más parece una declaración de buenas intenciones o un brindis al sol que una promesa en firme, tal y como está el mercadillo del fútbol actual. Mejor dejarlo en veremos.

Otros aficionados del Orientación Marítima recurren a la nostalgia, que ya está dicho que es un error, y se escudan en no sé qué puras esencias. ¿Mande? Si se hubieran o hubiesen anclado en eso mismo -un suponer- los cuatro equipos que renunciaron a parte de su personalidad para crear décadas atrás la UD Las Palmas, a lo peor Gran Canaria estaría hoy esperando por tener un equipo primerdivisonario, como lo fue durante tantísimos años el conjunto amarillo.

Total, que la próxima temporada 2008/09 tendremos en la categoría de bronce del fútbol español (si no hay debacle final en la actual y se elude de nuevo el descenso que nos rondó durante el anterior campeonato en Segunda B) la flamante y fusionada UD Lanzarote-Marítima. No es mal nombre, aunque igual a más de uno le trae a la memoria lo del pacto (parto, perdón, en qué estaría yo pensando) de los montes. Recordemos, hermanos en la fe balompédica, la fábula del gran Félix María Samaniego: “Con varios ademanes horrorosos/ los montes de parir dieron señales. / Consintieron los hombres temerosos/ ver nacer los abortos más fatales. / Infundieron pavor a los mortales. / Estos montes que al mundo estremecieron, / un ratoncillo fue lo que parieron”. En hablando de ratones, se ha apuntado el Marítima a ser cola de león antes que cabeza de roedor. Si la aventura le va bien a uno será señal de que tampoco le irá mal al otro. Y a la inversa, claro. Ojalá que sea enhorabuena, y todos que lo veamos. (de-leon@ya.com).