Manuela, allá cuando chinija

La maestra de escuela, ex alcaldesa de Arrecife con Coalición Canaria, ex parlamentaria regional o diputada autonómica por el PSOE de Lanzarote y actual presidenta del Cabildo conejero, doña Manuela Armas Rodríguez (Mela para los amigos y demás personas piadosas, en confianza), tiene muy señaladas en la memoria numerosas escenas entrañables de su época de chinija isleña. Me lo contaba tiempito atrás en una entrevista (real como la vida misma, no apócrifa) publicada en un semanario lanzaroteño ahora desaparecido (y dicen que no hay crisis...). De la siguiente guisa me hablaba ella de su infancia cuando todavía me dirigía la palabra:

-Los mejores recuerdos de mi infancia los relaciono siempre con la celebración del día de San Juan con mis padres y mis cinco hermanos, y todos los ritos que llevábamos a cabo, empezando por el de lavarnos la cara con el agua de flores, las cholas para irnos a la playa, los sombreros de paja, el bañador, nuestra perrita Pantera, las piñas para el asadero, las sardinas en escabeche, las sandías, el queso de bola, la caja de madera de conserva de guayaba Conchita, la barra de hielo, la playa.

Como casi todos los niños desde que el mundo es mundo, también Manuela Armas profesaba una simpatía o un afecto especial por alguno de los abuelos:

-Recuerdo sobre todo a mi abuela, que tenía ocho hijos, cantaba de maravilla folías y malagueñas, sacaba adelante una panadería y tenía siempre la casa llena de gente. Yo siempre digo que aquella casa era la más alegre del mundo.

La figura del padre es otro referente principal en la memoria de la actual presidenta cabildicia:

-Fíjate que murió hace unos veinticinco años y yo lo sigo recordando a diario. De hecho, fui muy “padrera”, quizá porque él tenía el mismo carácter que yo.

A juzgar por las fotografías de la época que ella conserva como oro en paño (con perdón por la frase hecha), no parece que Manuela exagere cuando afirma que tuvo una infancia pletórica de felicidad, aunque suene a cuento cursi:

-La verdad es que no tengo ningún mal recuerdo infantil. Aunque era la segunda de seis hermanos [el mayor en el más amplio sentido de la palabra era Cándido, también ex alcalde de Arrecife, ex senador y ex parlamentario regional], ejercí un poco de madre de todos. Mis padres se llevaban muy bien, y yo jamás presencié un pleito entre ellos.

Ella ahora tampoco se pelea con nadie en casa. Otra cosa es la Casa Cabildo. Ahorita mismo anda tirándose de los pelos con Gladys Acuña (Gladis, en buen castellano). Y eso que cogobierna (es un decir) con el PIL, el partido de la alcaldesa de lo que va quedando de Yaiza. Ambas se llevan rematadamente mal, como buenas hermanas de pacto. Pero son sólo chiquilladas. Aunque no en las formas, en el fondo se quieren... a muerte. (de-leon@ya.com).