Nazi-onanistas
A veces, para señalar lo obvio tienes que agarrarte al humor. Lo acaban de hacer en la página digital El Agitador, en buena hora, porque en la prensa teóricamente seria al estafador de las mil y una asociaciones que no representan a nadie nunca se le dicen las cuatro verdades que se merece. Algunos -muy pocos- llevamos años haciéndolo, ganándonos con ello los insultos cobardes y anónimos (con perdón por la redundancia) del sollajo que no hace honor a su apellido y al que no vamos a hacerle publicidad aquí.
Tiempito atrás, los cuatro gatos ociosos que no alcanzan a representarse ni a sí mismos se descolgaban abogando por convertir a Canarias en Estado Libre Asociado, tal cual, imitando así la ocurrencia o medada fuera del tiesto que ya tuviera o tuviese Lorenzo Olarte Cullen un día que se levantó con resaca. El ágrafo que no sabe escribir porque sólo ha leído sus propias babiecadas onanistas, que ha escuchado el ruido pero no sabe dónde están las campanas, andaba en la idea de que el logro de ese Estado Libre Asociado sería, según él y las mil y una asociaciones vecinales que no representan a vecino alguno, -cito textualmente aquella enésima ocurrencia- "el primer paso para construir el propósito final". Lo de propósito final suena muy, muy feo, y nos recuerda cosas que no quisiéramos recordar a estas alturas. Pero vete tú a hablarle de historia al histérico que desconoce la de su propia familia (la que tuvo que emigrar fuera de la isla hasta casi ayer mismo).
Según estas asociaciones sin socios, "el ser humano es nacionalista desde su nacimiento". Si malo es que alguien pueda escribir esa bobada, peor aún es que incluso se la crea, aunque ya sabemos que hay brutos para todo. La cabra siempre tira al monte, como es fama. En aquel antológico y gracioso comunicado (lo que no es serio hay que tomárselo siempre a broma) se añadía otra lista/ristra de despropósitos de similar estilo y calibre. Pero lo que no tenía desperdicio era la perla con la que se autodefinían estos intelectuales de principios de milenio (si no han vuelto a cambiar de idea de la misma forma que le cambian a cada paso el nombrete a la Bestia), pues se mostraban a favor de lo que denominan "nacional socialismo". Con un par. Pudo haber sido simple despiste o simplona ignorancia. Si fue lo segundo, conviene ilustrar al ignorante de turno, y para ello lo mejor es remitirle, por poner un buen ejemplo didáctico, al “Diccionario de Términos Históricos” de Chris Cook (Alianza Editorial, 1990), que define perfectamente el término nazi: "Miembro del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán. La ideología del partido era análoga a la del autoritarismo romántico derechista del fascismo italiano, pero cuando Hitler se convirtió en su jefe impuso al partido sus doctrinas antisemitas raciales de superioridad aria". Si el analfabeto racista no sabe lo que dice (que es lo más probable), malo. Si lo sabe (que lo dudo), peor.
Luego se quejarán estos mismos individuos de que se les tilde de racistas y xenófobos para arriba, sobre todo cuando se dedican a organizar manifestaciones contra los inmigrantes a las que, afortunadamente, ya no acude ni Dios. Y lo peor y más grave de este feísimo asunto: la excesiva cancha informativa que entre todos le seguimos prestando a estos pintorescos personajillos. Algún día nos arrepentiremos de ello. Seguramente, cuando el mayor daño ya esté hecho. No se les acabará el cuento a los falsarios e impostores del movimiento vecinal mientras les sigamos dando vidilla mediática a estos mediocres. La pescadilla que se muerde la cola, no la boca. (de-leon@ya.com).