Triste eres tú, ZP

Si te ganas los garbanzos escribiendo columnas de opinión y no escribes ni una línea -que es lo que te pide el cuerpo, por puro hartazgo- sobre el segundo cara a cara entre Zapatero y Rajoy, vas a parecer un extraterrestre, como el lindacara de los vascos y las vascas. Total, que me tragué por segundo lunes consecutivo el falso debate. A la fuerza ahorcan, aunque sigo sin ver qué sentido tiene un segundo debate con los mismos tíos tratando los mismos temas. Ganas de toletear, para mi gusto.

El primero me pareció malo. El segundo, peor. Nada nuevo bajo el sol partidista de la bipolarización, que la llaman. No les creo a ninguno. No votaré a ninguno (ni de los presentes ni de los ausentes en el plató). Sólo me gustó un poco más en esta segunda entrega del “más de lo mismo” lo único que había diferente al primer capítulo: el cronómetro, encarnado esta vez en Olga Viza. Cuestión de género, supongo. Siempre es más atractivo un escote que una corbata, como de aquí a Lima. Ella, además, no repitió el error y el autobombo constante de Manuel Campo Vidal, que cayó todo el rato en esa fea costumbre periodística de elogiar su propio trabajo o producto repitiendo bobadas del tipo “en este interesantísimo programa; este extraordinario debate” y demás piropos que sólo el espectador debe hacer o no. Pero no supo Olguita mandar a callar a ZP, que interrumpía todo el rato el turno de palabra del líder pepón, que es mejor orador que el todavía presidente, mientras que éste es mejor actor que el segundo y sabe ganarse a las masas con su angelical carita, su demagogia igualitaria y su arte en dorar la píldora a los más desinformados, que son mayoría, como es triste fama.

Así digan misa las encuestas de encargo o añadan el sermón los sectarios de siempre, para mi gusto este lunes se impuso Rajoy sobre un ZP empeñado en hacernos creer que tenemos democracia en España gracias a él. ¿No fumas, inglés? Seguí el encuentro o encontronazo, como la pasada semana, por Tele Madrid, porque los otros canales que lo ofrecían simultáneamente eran/son descarada y declaradamente pro gubernamentales (TVE, Cuatro, La Sexta y por ahí seguidito), y hay que estar siempre contra el Gobierno, el que sea y donde quiera que sea. Puse algo más de interés en el debate -ahora sí- que a continuación del falso debate catódico o catatónico ofrecieron en Tele Madrid, con invitados de casi todo el arco ideológico y editorial... y además sin Gabilondo, ese rey de la manipulación, sectario hasta la médula o hasta decir basta.

Pero lo mejor del lunes desde el punto de vista periodístico, a mi juicio, no fue ni el falso debate ni el debate de después del debate, sino la carta de un lector de Barcelona, José Soler Lladó, publicada el día de autos en El País: “Ha dicho el señor Zapatero en un mitin en Las Palmas que la abstención es el voto más triste. Triste, señores políticos en general, es la falsa sonrisa tipo dentífrico que nos muestran ante las elecciones. Triste es ver cómo los políticos no se ponen de acuerdo para cambiar la Ley Electoral para permitir listas abiertas y una limitación en la ocupación de cargos públicos, perpetuando así su modus vivendi y el de sus amigos y pelotas incondicionales. Triste es ver cómo la clase política se aleja cada vez más de la realidad cotidiana de los ciudadanos y nos inundan con demagogia hueca, asesorados por expertos lavacocos. La abstención es, en muchos casos, una decisión legal y racional de protesta, de desencanto, de rebeldía a un sistema obsoleto y mejorable, de rabia por no poder otorgar el voto a nadie que no merezca un mínimo de confianza, de desconocer el uso que se dará posteriormente a este voto. La abstención es también ilusión de que el mundo político reflexione y cambie de mentalidad. Necesitamos menos palabras, menos sonrisas artificiales y más hechos y eficacia”.

Lo decía Umbral: “A veces, lo mejor del periódico del día es la carta de un lector diciendo más verdad que toda la redacción en peso”.

Tú sí que eres triste, ZP. Y el país de zotes con título que estás creando, más triste aún (el informa PISA pisa su optimismo sin causa). El mal uso o la perversión de esta democracia desnaturalizada sí que provoca tristeza, magua o melancolía. Y triste es esta partitocracia vomitiva que se burla, ningunea y desprecia o menosprecia a los que no son militantes o militontos útiles. Te la regalo. (de-leon@ya.com).